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LEMA DE ESTA BLOG: ... hay un rayo de sol en la lucha que siempre deja la sombra vencida. (Miguel Hernández)

22 horas de campaña electoral por Extremadura


Rueda de Prensa presentación de Izquierda Unida en abril de 1986. 
Decíamos ayer, mejor dicho hace una semana, que ahora que estamos en campaña electoral cara a las elecciones del 23J, me vienen a la memoria la multitud de campañas electorales que hemos disfrutado -o sufrido- a lo largo de los algo más de 45 años de democracia que llevamos los que peinamos canas.

Recuerdo entre otras muchas, que pocas semanas después del referéndum sobre la OTAN, en los primeros meses de 1986, se decidió  formar una gran  coalición electoral  que aglutinara la mayoría de las fuerzas de izquierda que habían participado en la plataforma Anti-OTAN, que presidia el reciente fallecido Antonio Gala. En principio  formaron parte de ella ocho organizaciones políticas, siendo la más representativa la del PCE. Se  decidió ponerle el nombre de Izquierda Unida (IU). Su constitución fue el 29 de abril de 1986. 

A  partir de esas fechas se comenzó una nueva e ilusionante vida política para una gran mayoría de aquellos que procedíamos del PCE o de posiciones de izquierda, con unas buenas perspectivas electorales, después de los problemas internos habidos dentro de nuestro partido  en los meses  anteriores, presentándose a las elecciones general del 22 de junio de 1986 y obteniendo cerca de un millón de votos, el 10,5 % del total y 7 diputados.

En esa campaña electoral de junio de 1986, participe, formando parte de la lista al Congreso de los Diputados por Madrid, que encabezaba Geraldo Iglesias. De “relleno”, por supuesto. Íbamos apoyando esa lista un grupo de sindicalistas de CCOO. En la foto adjunta están sus nombres.

De izquierda a derecha: Paco Naranjo, Paco Hortet, Rodolfo Benito, Mariano Gamo y Salce Elvira.

Sobre esa campaña solo quiero resaltar que coincidí con personas con gran conciencia de clase. De ellas destacaría a Mariano Gamo y a Salce Elvira,   recientemente fallecidos ambos. Salce, fue una gran dirigente sindical y como muy bien describe mi compañero Javier López, en su despedida, “era de aquellas mujeres que te hacen sentir grande con su afecto y que te engrandecen cuando te confían su verdad sin tapujos”. De Mariano Gamo, otra gran persona, solo comentar que se le conocía como el cura obrero que hizo de la parroquia de Moratalaz una casa vecinal y de las Comisiones Obreras. DEP los dos.

Yo hoy me voy a referir en estos recuerdos, a  22 horas continuadas de campaña electoral por las tierras de Extremadura. Fue en las elecciones para el Parlamento Europeo de 1987. Militaba por entonces, tanto política como sindicalmente en el sector ferroviario de CCOO. El partido me presento para el Parlamento Europeo en las listas de IU. Cuando digo el partido siempre me refiero al PCE .Todo el mundo decía en aquellos tiempos “el partido”.

Fui en la candidatura de IU al Parlamento Europeo, en un “lugar importante”, en el número 13 de la lista y  teníamos  posibilidades como mucho de salir tres, así que algunos sabíamos de antemano, salvo milagro,  que habíamos dado un paso importante: habíamos pasado de ir de “relleno” a ir de “florero”. Así que me lo tome muy en serio en participar. Tan en serio que pedí la mitad de mis vacaciones a la empresa para hacer campaña. Ya digo, visto a la distancia, se podía pensar que algunos “de bueno, casi nos pasábamos a gilipollas”. Eso si los tres que decian las encuestas se consiguieron.

Candidatura de IU al Parlamento Europeo (elecciones de junio 1987)
Por supuesto, poco antes de comenzar la campaña,  me puse a las órdenes del comité electoral central, (su responsable, era Paco Palero) y en esos quince días hice campaña especialmente además de en Madrid, en Extremadura, Castilla León y Andalucía.  Me habían propuesto por ser bastante conocido en el entorno ferroviario, pero en la campaña prácticamente pise no más allá de media docena de centros de trabajo de RENFE,

Aunque tengo más intrahistorias, anécdotas, etc, de esa campaña, (ya conté algunas en un artículo anterior) hoy solo voy centrarme en ese viaje a Extremadura, que aunque parezca lo contrario, tengo un grato recuerdo. Salimos de Madrid sobre las 10,00 h de un día caluroso del mes de junio de 1987,  acompañado por una camarada, en mi coche un Renault 6 sin aire acondicionado y encima las carreteras no estaban como en la actualidad.

Tardamos casi cinco horas en el trayecto de Madrid a Mérida, después de pasar por el agotador Puerto de Miravete, así que llegamos a la capital de la antigua Lusitania,  en la actualidad capital de Extremadura, muy cerca de las 15,00 horas, un poco tarde para participar en una rueda de prensa. Ya hacía cerca de una hora que nos estaban esperando los periodistas

Hicimos la prevista rueda de prensa de prisa y corriendo, comimos un poco y nos fuimos a Montijo, otro precioso pueblo de Extremadura, donde teníamos un encuentro con mujeres a las 18 horas  y después ya en Badajoz, sobre las 20,00 horas, un mitin. Finalizado el mitin vuelta a Mérida, nuevo mitin sobre las 22 horas y cena con los camaradas emeritenses en la terraza del hotel-restaurante Las Lomas. Mis intervenciones eran de telonero de la camarada.

Después de cenar y pensando que nos íbamos a quedar a dormir en la ciudad romana de Mérida, pues ya serian cerca de las 24,00h, me encuentro con la sorpresa que la compañera acompañante, tenía que volver a Madrid, por compromisos adquiridos  a primera hora del día siguiente.

Cogemos el coche -reitero un R.6 sin aire acondicionado-, mejor dicho, cojo y conduzco  el coche, pues la camarada, además de no saber o no querer conducir, quería echar una cabezadita, pues como comentaba antes, ella al día siguiente  tenía cosas que hacer, concretamente  un juicio y yo “solo había salido a las 8 de la mañana de mi casa”. En fin, así es la vida de militante y además de “florero” y “taxista-lenilista”

Llegamos a Madrid sobre las 5 de la madrugada, la lleve a su casa, cerca de la Plaza Toros de Madrid  y después yo me fui a la mía. Entonces yo vivía en Alcorcón, un pueblo el sur de Madrid. Serian las seis de mañana cuando estaba acostándome con la satisfacción militante del deber cumplido. Eso sí, ese día tenía una reunión a las 12 de la mañana. Había salido de casa, reitero por segunda vez, el día anterior sobre la 8 de la mañana. Es decir más menos 22 horas de militancia activa. Menos mal que por aquel entonces reconozco  el que esto escribe tenia no más de 40 años y me sentía satisfecho de haber contribuido a la causa..

La compañera camarada y además amiga con la que fui a Mérida y volví, cansado pero contento, se llamaba y se llama y espero que por muchos años: Cristina Almeida, con la cual aún conservo su  amistad, una   buena y excelente amistad, incluso me prologo no hace mucho un libro de memorias: Los carriles de la vida”.

Cuando escribía sobre esta jornada electoral en mi tierra de nacimiento, también recordaba las cosas que han pasado desde entonces y sobre todo lo que ha llovido, aunque con tanta sequia, no tanto. También recordaba con cierto humor,  la canción de de Javier Krahe: “Marieta”, bastante conocida en los años 80 del siglo pasado. Escuchad por curiosidad la letra de dicha canción, por si no os acordáis de ella, pues en algunas ocasiones,  yo, como Javier Krahe en la canción, me he sentido lo mismo, es decir igual de gilipollas.

En fin a pesar todo lo que ha ido pasando en estos años, que a muchos le entran ganas de no votar a nadie,  a mi no me cabe ninguna duda que en todas y cada una de las elecciones políticas hay que ir a votar, anqué sea con la mano en la nariz. Son muchos los que dieron su sangre y otros la vida, para que pudiéramos participar en la fiesta de la democracia, como es una elecciones generales, en donde con tu voto consigues elegir el gobierno de tu país.

Desde nuestra clase, es decir la clase obrera, hay que llenar las urnas de votos de gentes demócratas y sobre todo hay que recordar quién y quienes han defendido en los gobiernos, en  los  parlamentos, en los ayuntamientos y en la calle, la sanidad y la educación pública, las pensiones y los intereses  de las clases menos favorecidas. Creo que con estos datos no deberíamos equivocarnos nunca de cómo y a quien hay que depositarle  el voto si nos consideramos progresistas.

Además, en esta ocasión, en las votaciones  del 23J, hay un plus de necesidad de votar para los demócratas de nuestro país, sobre todo para impedir por primera vez en democracia,  la vuelta de la ultraderecha al Gobierno Central, después de cerca de 50 años  de la muerte del dictador fascista y de ideología ultraderechista Francisco Franco.

Francisco Naranjo Llanos, director Fundación Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.

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