Cabecera manifestacion 16D de 1988. Foto archivo historico Fundación 1º de Mayo de CCOO. |
El 14 de diciembre de 2023, se
cumple el 35 aniversario del 14D, la primera gran Huelga General realizada en
periodo democrático, convocada por CCOO y UGT el 14 diciembre de 1988, huelga
que fue secundada por cerca de ocho millones de personas. Este éxito sindical
supuso el primer gran revés del Gobierno del PSOE, en su política de recortes,
gobierno presidido por Felipe González.
Por aquel entonces a los
sindicatos les chirriaban las reformas laborales que pretendía el gobierno
socialista y en especial por las impulsadas por el ministro de Economía, Carlos
Solchaga. A esto, se unió la incapacidad del ministro de Trabajo, Manuel
Chaves, para lograr un acuerdo sobre la reforma laboral con la patronal y
los sindicatos, cuyas negociaciones quedaron rotas a finales de octubre de
1988.
El detonante de la huelga, -la
gota de agua que colmó el vaso de la paciencia de las centrales sindicales- fue
la presentación por parte del Gobierno del "Plan de empleo juvenil"
en el Consejo de ministros del 28 de octubre de 1988. Dicho Plan preveía un
contrato destinado a jóvenes de entre 16 y 25 años, por el salario mínimo
interprofesional, una duración de entre 6 y 18 meses y exenciones del 100% en
las cuotas de la seguridad social para los empresarios.
Los sindicatos, desde que se
dio a conocer el proyecto dijeron que el plan era equivalente a expulsar del
mercado laboral a los mayores de 25 años, pues se creaba un contrato muy
precario y sobre todo muy beneficioso para la patronal para contratar a
jóvenes.
El 1 de diciembre de 1988,
hubo una huelga general de toda la enseñanza y una gran manifestación en
Madrid, en la que participaron los secretarios generales de CCOO y UGT, en
aquel entonces Antonio Gutiérrez y Nicolás Redondo respectivamente. La
extraordinaria respuesta obtenida por las movilizaciones de los jóvenes fue un
anticipo de lo que tendríamos el 14-D.
Cabecera manifestacion del 1 de diciembre de 1988, contra el proyecto del Plan de Empleo Juvenil. |
Dos semanas después y a pesar de los llamamientos del Gobierno a recuperar la mesa de diálogo y a desconvocar la huelga, los sindicatos realizaron y ganaron aquella huelga general, quizás la más conocida de la democracia, después de los 40 años de dictadura franquista.
La huelga del 14D marcó
un hito en la historia del sindicalismo en España, después de la dictadura
franquista: Ocho millones de personas, el 90% de la población activa de
entonces, secundaron el paro general convocado por los sindicatos de clase
contra la nefasta política económica del Gobierno felipista.
Una de las claves del éxito
del 14.D, fue el corte de la señal de TVE. Hay que recordar que unos minutos
antes de las doce de la noche, una redactora de TVE comentaba que la televisión
pública iba a garantizar la emisión de toda su programación informativa para
ese día. Unos minutos después, las doce en punto de la noche, los técnicos y
trabajadores del repetidor de Navacerrada, secundando la huelga, cortaron la
señal. España se quedaba sin TV. La huelga general iba camino de ser un éxito.
Felipe González tuvo que
reconocer el éxito laboral y político de la huelga y el duro golpe que supuso
para el Gobierno, convocando de nuevo la mesa del diálogo social para una
semana después.
CCOO y UGT, fortalecidos por
el respaldo de la clase trabajadora, exigieron sentarse a negociar tan sólo con
el Gobierno, sin intermediación de la patronal. Sus reivindicaciones
previas, e irrenunciables, fueron:
-La puesta en marcha de un
nuevo plan de empleo que erradicase el contrato de inserción para jóvenes.
-El incremento del 2% en las
pensiones y los salarios de los empleados públicos para compensar los efectos
de la inflación.
-El incremento de la cobertura
por desempleo hasta el 48%,
-La equiparación de las
pensiones mínimas con el salario mínimo interprofesional.
Esos y otros puntos
reivindicativos fueron conseguidos meses después en la mesa del diálogo social.
Alguno, como el tema de las pensiones, se lograría algo más tarde: en concreto
dos años después.
De forma muy resumida esa fue
la crónica, en la distancia, de aquella gran huelga general, y sus
resultados, aunque la llamamos “oficialmente” paro general, para no
molestar.
Mis recuerdos de aquella gran
movilización son muchos, pues en aquel momento era el responsable de
Comunicación de CCOO de Madrid, pero 35 años después, no tengo por menos que
recordar esta anécdota: La negociación de unos singulares servicios mínimos.
Los relacionados con los entierros del 14-D, de los fallecidos en Madrid el día
anterior.
En aquellas fechas los
sindicatos eligieron Comités de Huelga Regionales y aunque en la mayoría de los
casos eran los Comités de Empresa los que negociaban los servicios mínimos o
esenciales, en otros lo hacían los representantes regionales.
En este caso concreto el
Comité de Empresa de la Compañía de Servicios Funerarios de Madrid, pidió a la
Ejecutiva Regional que le acompañáramos en las negociaciones de los servicios esenciales
y me toco a mí, por aquel entonces recién llegado a CCOO de Madrid, desde el
sector ferroviario.
La reunión se celebró en uno
de los tanatorios madrileños. El de la M-30. Lugar donde estaba la sede de la
compañía. Los compañeros muy educadamente, ya que yo estaba allí por primera
vez, me enseñaron las dependencias del centro funerario y en los sótanos -al
lado del local del Comité- el almacén de los ataúdes, subrayándome las
diferentes características de cada uno, sobre todo hicieron hincapié en las
diferentes calidades de las maderas.
Aparte de las calidades de las
maderas, lo primero que aprendí es que en Madrid fallece una media de 100
muertos cada día, sí es invierno y unos 80 si es verano. Cifras de hace 35
años. Puedo asegurar que hasta entonces no se me había pasado por la cabeza ni
siquiera preguntar. Pues hay cosas que casi mejor no saberlas.
A continuación, nos reunimos
con la Dirección. Esta consideraba que había que enterrar a todos los muertos y
los compañeros del Comité que a ninguno. Y se enzarzaron en la diferencia de
tratamiento de los que fallecen en casa y los que lo hacen en los hospitales.
Después de un extenso y vehemente debate, la Gerente de la Compañía,
dirigiéndose a mí, pregunto:
¿Vd., que tiene más
responsabilidad sindical, no cree que es exagerado lo que plantean sus
compañeros, dejando los muertos previstos del 13-D, sin enterrar el 14-D, ¿con
los problemas de todo tipo, relacionados con la salud, que esa decisión podría
acarrear?
Yo me escabullí como pude, por
supuesto apoyando a los compañeros del Comité y como todavía quedaban varios
días para el 14.D, decidimos continuar negociando unos días después. Eso sí,
ese segundo día de reunión, el que eso escribe no volvió. “Una y no más Santo
Tomas”. Con una visita a ese lugar ya tenía bastante.
La verdad verdadera es, que, a
35 años vista, aun me queda la duda de que paso con los muertos del 14.D. Lo que,
si es cierto, -me entere años después- que una de las personas que murieron el
13 y fueron atendidas por los servicios mínimos del tanatorio el 14D, fue María
Teresa León, escritora de la generación del 27 y compañera del poeta Rafael
Alberti, cuya despedida fue silenciosa en el marco de la huelga general.
FRANCISCO NARANJO LLANOS
Director de la Fundación
Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.
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