que calienta España
entera,
y es que allí se ha
levantado,
toda la cuenca minera...
Empezaron los mineros
y los obreros fabriles.
Si siguen los campesinos
seremos cientos de miles.
(De
un poema de Marcos Ana)
Hace
20 años -en marzo de 1992- hubo una gran marcha negra. El motivo
principal, la defensa del empleo, pues para reducir perdidas había que
cerrar el Pozo María situado en el pueblo de Villablino (León), con lo
cual perdían su puesto de trabajo 200 mineros.
Todo
el Valle de Laciana se movilizó para que la amenaza de cierre del Pozo María no
fuera el primer paso para el cese de toda la actividad minera de la comarca,
tras la posible quiebra de la legendaria Minero Siderúrgica de Ponferrada
(MSP).
Después
de muchos días de movilizaciones en la comarca, huelgas y con ocho compañeros
dirigentes sindicales, encerrados dentro del pozo minero Calderón y
tras varios enfrentamientos con los antidisturbios, los mineros decidieron
emprender una nueva forma de lucha: Ir andando hasta Madrid para reivindicar el
mantenimiento de los puestos de trabajo en la zona de Laciana. Esa fue la
respuesta pacífica de los mineros lacianiegos como respuesta a las cargas de los
antidisturbios.
Como
decía un cronista de la época: “1000 pies y la solidaridad de
miles de personas a lo largo de cerca de 500 kilómetros y 18 largas
jornadas fueron sus pacíficas armas. Casi 500 mineros conmovieron al país
entero. La gesta surcó la provincia de norte a sur hasta dejarla atrás en
Benavente, cosechó ovaciones en Valladolid y atravesó la ancha Castilla.
Los mineros entraron en Madrid como héroes, vitoreados y cantando a
Santa Bárbara Bendita”.
La
primera parada que hicieron en la región de Madrid fue en Villalba. De ahí
hasta Aravaca y al día siguiente la
entrada a Madrid por Moncloa. Después y antes de la manifestación ante el
Ministerio de Industria pernoctaron en un polideportivo de Aluche. En todos los
sitios muchas personas les daban la bienvenida, pero lo de Moncloa y ante el
Ministerio fue donde más había.
Entrando en Madrid el 25 de marzo de 1992
El
25 de marzo de 1992 miles de personas estaban en Moncloa para
recibirles y acompañarles hasta el final de su recorrido que era el Ministerio
de Industria. El Gobierno de Felipe González contestó con el silencio al
paso firme de la marcha negra, pero los madrileños los recibieron con un gran
aplauso de bienvenida.
Al
día siguiente salieron los encerrados del Pozo Calderón y el 31 de
marzo se firmó un acuerdo de mínimos. Fue una victoria por la mínima pero
victoria al fin y al cabo Por
el camino se quedaron cientos de anécdotas y la
solidaridad de miles de personas.
La
solidaridad, por ejemplo, de una niña de unos ocho años que al paso por un
pueblo de Valladolid se acercó a uno de los mineros le dio la mano y
a su vez le dejo 25 pesetas. O en Bembibre, que por papeletas que costaban 100
pesetas para financiar la Marcha, mucha gente daba billetes de 5.000.
Uno
de los portavoces de la marcha, creo se llamaba Javier Rubio, -y sé que era de CCOO- me
contaba cosas como cuando después de pasar por Valladolid, cuando llego al
lugar donde pernoctaban, sorprendentemente se dio cuenta que tenía una
gran hinchazón en su mano derecha y era el resultado de haber dado
la mano a muchísimas personas. Esta anécdota siempre la he recordado y la
vuelvo a recordar hoy para plasmarla en esta breve crónica de
aquella marcha.
Marcha minera de Villalbino 1992
Estuve
con este compañero de CCOO en las entrevistas con varios periódicos
y emisoras de radio durante el par de días que estuvieron en la
región madrileña. También recuerdo que lo acompañe a Hora 25 de la cadena Ser.
El compañero antes de irse de vuelta a Villablino, quiso agradecerme
mi labor con los medios de comunicación y me hizo el mejor regalo que puede
hacer un minero. Nada menos que me regalo su casco de minero adornado con la
pegatina de LACIANA. Para mí fue una gran alegría. Aun lo conservo en
el despacho.
Ahora,
20 años después, que viene otra Marcha Negra a Madrid desde varios puntos de
España, -también del Valle de Laciana- estoy convencido que la clase obrera
madrileña y de todos los pueblos de España por donde pasen, volverán
a echarse a la calle para estar con esos valientes mineros que lo único que
piden es conservar sus puestos de trabajo.
No
digo más, pero el 10 y 11 de Julio de 2012, seguro que el pueblo de Madrid estará
con ellos. Y así fue, pero esa es otra historia.
RONTEKY
Necesitamos saber el itinerario por Madrid ,un abrazo
ResponderEliminarTristemente, se repite la historia. Gracias por compartirla y hacernos saber lo que ocurrió. Estaremos con ellos, el 10 y 11 de julio, y los días que hagan falta. Un abrazo.
ResponderEliminarConmovedor relato, Paco. Espero que pronto puedas completar ese fondo de armario de obrero comprometido con otro casco minero. Que menos que poder mudarse los domingos. Un abrazo y salud.
ResponderEliminarAmigo: Qué viejas luchas, qué actuales... Abrazos
ResponderEliminarPor mi ya la sociedad que estamos viviendo... no me preocupa, pero tengo una hija y los jovenes que vienen detrás, no podemos dejar que la mentira, la injusticia y el capitalismo los marginen a la pobreza y a la ignorancia...tenemos que luchar.
ResponderEliminarMuy bueno!
ResponderEliminarME GUSTA MUCHO. COMO SIEMPRE !!
ResponderEliminarDa gusto la memoria que tienes y lo bien que lo plasmas. Lo que siempre te digo, sigue escribiendo...
ResponderEliminarPaco:
ResponderEliminarCuando se tiene mas memoria (pasado) que futuro es la mejor señal de que estas en tu mejor momento de madurez intelectual.
Muy bueno por recordarnos que la lucha de clase y los intereses contrapuestos entre trabajo y capital son una realidad muy actual.
Como siempre, nos veremos y encontraremos defendiendo una causa justa.
Saludos,
Sebastian
Gracias por vuestros cariñosos comentarios. En este mundo tan materialista que nos ha tocado vivir, mensajes como los vuestros se agradecen de corazón. Un abrazo a tod@s .
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