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Con Santiago Carrillo, en el 25 Aniversario de los Abogados de Atocha (24 de enero de 2002). |
La
iniciativa de este homenaje parte de un amplio colectivo de
amigos y amigas, colaboradores, sindicalistas, profesionales, trabajadores,
militantes y simpatizantes del PCE en los últimos años del franquismo y en la
construcción de la democracia. Seguro que merece la pena estar allí para
escuchar pasajes de una persona que merece estar -y seguro estará- en los
libros de la historia más reciente de nuestro país.
Aunque ya sabía de Santiago Carrillo
desde hacía muchos años, pues en la clandestinidad, hablar del PCE, “del
partido”, era hablar de Santiago Carrillo, o de Dolores Ibárruri, “Pasionaria”, lo conocí personalmente en el 25
aniversario de los Abogados de Atocha, en el 2002, ya mayor, pero con una gran
juventud acumulada en su cabeza.
Cuando en 18 septiembre de
2012, me llegó la noticia del fallecimiento de Santiago
Carrillo, me encontraba en Mérida (Extremadura) y una vez que Javier
López, secretario general de CCOO de Madrid, por aquel entonces, me lo
comunico solo unas horas antes, que el velatorio se iba a realizar en
el Auditorio Marcelino Camacho a petición de la familia, me puse rápidamente en
marcha para organizar las labores de mi responsabilidad.
En aquellos momentos yo era el
responsable de comunicación de CCOO de Madrid. Por supuesto la
organización la realice, conjuntamente con otras personas de la ejecutiva
regional y con el gabinete de prensa del sindicato, sin olvidar el
contacto con las personas que designo la familia.
Lo primero que pusimos en marcha
fue la foto de fondo del escenario del salón de actos de Lope de Vega 40. De
varias que nos mandó nuestro fotógrafo de cabecera Fran
Lorente, (gracias Fran por tus excelentes fotografías). Escogimos la
que acompaño a esta crónica, así como la frase de
Carrillo que se entrecomillo.
Me ha encantado ver que 12
años después, con la misma frase de entonces, se vuelva a
utilizar. “El capitalismo puede llegar a destruir la especie humana” es
la frase que elegimos para que figurase en la foto que presidía el velatorio,
sobre su féretro y es la que se está utilizando ahora para el homenaje.
Recordar aquí que la familia
había pedido que el velatorio se instalase en el Congreso de los Diputados,
pero se había topado con la negativa de la burocracia reglamentaria. Un
“aplauso” sí, pero según el reglamento las puertas del Congreso sólo se abren
en estos casos para los “padres de la Constitución” y para los expresidentes
del Gobierno.
También pensaron en el Ateneo de
Madrid, pero el lugar tenía problemas de espacio y acceso. Alguien había
sugerido entonces dirigirse a CCOO de Madrid, en cuyo salón de actos, Marcelino
Camacho había recibido el último adiós de miles de madrileños. Javier López,
como decía antes secretario general de CCOO de Madrid, por aquel entonces,
previa consultas confederales, decidió ceder el Auditorio Marcelino Camacho
para el velatorio, al igual que ahora se ha cedido para el homenaje a Santiago.
Decenas de compañeros y
compañeras de CCOO de Madrid se volcaron de inmediato en la organización, para
garantizar que miles de ciudadanos y ciudadanas pudieran acceder al Auditorio y
asegurar que cientos de personas de la Administración, la cultura, la política,
los medios de comunicación, pudieran presentar su respeto y condolencias a la
familia, así como que los abundantes medios de comunicación pudieran realizar
su trabajo. Santiago Carrillo no era cualquier persona. El representaba como
pocos la vida política de casi un siglo de nuestro país. El ejemplo de su
importancia lo tenemos el que si buscas ahora en Google a Santiago Carrillo,
entrecomillado, te salen cerca de un millón de referencias a su nombre.
¿Pero quién era Santiago
Carrillo?
Santiago Carrillo nació en Gijón,
en 1915. Vivió su infancia en una España que agotaba la Restauración Borbónica
y la dictadura de Primo de Ribera. Cuando se proclama la República, aún muy
joven, como periodista recibe el encargo de cubrir la información
parlamentaria. En 1934 es ya secretario de las Juventudes Socialistas y, tras
pasar por la cárcel por su participación en la Revolución de 1934, con el
triunfo del Frente Popular, consigue unir a los jóvenes socialistas y
comunistas en las Juventudes Socialistas Unificadas.
Luego vino la guerra Civil, su
participación en la Junta de Defensa de Madrid en defensa de la República, su
afiliación al PCE, el exilio, París, el final de la lucha guerrillera, la
política de Reconciliación Nacional. El apoyo e implicación del PCE en el
desarrollo de las CCOO. El Eurocomunismo junto al francés Marcháis y el
italiano Berlinguer, tras la invasión soviética de Checoslovaquia. La muerte
del Dictador. La Junta Democrática, la Plataforma Democrática. La Platajunta.
La Transición. El retorno del exilio. El asesinato de los Abogados de Atocha y
la inmediata legalización del PCE. Los Pactos de la Moncloa y la Constitución.
Después vino el desplome
electoral del PCE en 1982. La crisis interna. Su exclusión del Partido
Comunista de España. Los “carrillistas” acabaron integrándose en el PSOE. Él se
apartó de la política activa, pero nunca de la política y hasta los últimos
días de sus 97 años continuó analizando y opinando sobre la actualidad
política. Sus reflexiones eran modélicas.
Santiago Carrillo, fue polémico,
de acuerdo, pero con una gran y larga trayectoria vital que ha transitado por
la convulsa vida política de todo un siglo de la historia de España y a pesar de
ser tan polémico, políticos de todos los colores pasaron por el auditorio “Marcelino
Camacho” a rendirle homenaje. Allí estuvieron: Jordi Pujol, Herrero de Miñón,
Felipe González, ministros del PP, representantes del CiU, del PCE, de IU, del
PSOE, el PP, de UPyD, del PNV. Personas de la cultura como Pilar Barden, Víctor
Manuel y Ana Belén, Juan Diego, José Sacristán, o Álvaro de Luna, etc, etc.
En definitiva, un velatorio, un último
adiós, que adquirió tintes de reconciliación de los demócratas de nuestro país,
que necesitamos también estos días, más que nunca, después de ver por ejemplo
el esperpento de la moción de censura de VOX.
Esperando que el homenaje del
sábado, aparte de ser un gran homenaje a Santiago Carrillo, sea también una
lección de la historia reciente de nuestro país, recordando a Carrillo, solo me
quedar decir DEP don Santiago.
P.D.- Santiago Carrillo Solares,
nació en Gijón el 18 de enero de 1915 y murió en Madrid el 18 de
septiembre de 2012.
Francisco Naranjo Llanos, director
de la Fundación Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.