LEMA DE ESTE BLOG...

LEMA DE ESTA BLOG: ... hay un rayo de sol en la lucha que siempre deja la sombra vencida. (Miguel Hernández)

POR UN TREN PUBLICO Y SOCIAL…

Fotografía del estrado. De izquierda a derecha: Carmen Duce, José Luis Ordoñez, Yolanda Rodrigues y Francisco Naranjo.

El pasado domingo 28 de septiembre, en la Fiesta del PCE 2025, celebrada este año en la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid, participe en un debate sobre el ferrocarril. Además del público asistente, estuve acompañado en el estrado por, José Luis Ordóñez, portavoz de la Coordinadora por el Tren público, Carmen Duce, de la coordinación estatal de Ecologistas en Acción y Yolanda Rodríguez, responsable del Grupo sobre el tren del PCE, que fue la persona que condujo el debate, todos ellos en la fotografía adjunta.

Con el titular “Por un tren Publico y Social y la ley de movilidad sostenible”, hablamos y debatimos sobre el pasado, presente y futuro del ferrocarril. Gracias a los responsables del PCE, de este evento por contar conmigo en su fiesta anual. Me ha parecido muy interesante este espacio de reflexión común sobre el transporte ferroviario. La clase obrera debe seguir siendo un factor relevante en estos temas. Está ha sido mi intervención:

 Intervención de Francisco Naranjo:

A mi entender, creo que este espacio de debate sobre el ferrocarril, que estamos celebrando hoy, tiene tres etapas, el pasado, el presente y el futuro del tren en nuestro país. Yo en los minutos que tengo voy hablaros sobre el pasado, pues estoy claramente convencido de la frase con la que he titulado mi último libro: EL PASADO ES LA LINTERNA DEL FUTURO, y en esa línea voy a contaros con trazos gruesos, en pinceladas, algunas cuestiones de ese pasado cercano.

Un poco de historia sobre el ferrocarril:


-El primer ferrocarril del mundo para el transporte de mercancías y personas se construyó en Inglaterra. El origen de este medio de transporte, se sitúa en el 15 de septiembre de 1830, cuando circuló el primer tren entre Liverpool y Manchester. Tramo de 50 km.


-España no tardará mucho tiempo en subirse a la “fiebre ferroviaria” del siglo XIX, ya que en 1837 se inaugura la primera línea, para transportar caña de azúcar, un tramo de 90 Km, entre Güines y La Habana, en la entonces provincia española de Cuba.


-En la península se tuvo que esperar unos años más, en concreto, hasta 1848 cuando se inaugura la Barcelona - Mataró. El segundo tramo fue el de Madrid-Aranjuez, inaugurado en 1851, para trasladar los productos de la huerta de Aranjuez, especialmente las fresas, a la capital.


-Éstos serían los primeros de los trazados peninsulares, para a continuación irse expandiendo por todo el territorio peninsular, con altibajos, con muchos altibajos, pues hubo muchos frenazos, uno de los más importantes fue la I Guerra Mundial, así como nuestra guerra incivil y posterior periodo de posguerra, por la importante destrucción de varias líneas y material móvil.


A partir de 1941, nace la RENFE


-En los primeros meses de 1941, ya en la dictadura franquista, fue creada la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE), que se hizo cargo de las líneas ancho normal español, lo que supuso la nacionalización de las distintas compañías ferroviarias, la mayoría de ellas en quiebra o con cuantiosas pérdidas. Así que, a las compañías privatizadas, les vino de PM, dicha nacionalización.


A partir de la existencia de RENFE, se priorizo la red radial que conectaba Madrid, con el resto de las capitales, lo que supuso un paulatino abandono de las líneas que no cumplían este patrón, así como su posterior cierre al no ser competitivas en tiempo de viajes y demanda de viajeros, generalmente provocado por las condiciones de estos trayectos.


Primeros años de democracia


En los primeros años de la democracia, 1977/78, con Gobierno de Adolfo Suarez, parecía que se iba a apostar claramente por el ferrocarril, con un llamado Plan de Expansión del Ferrocarril, pero todo se quedó en papel mojado, con el triunfo del PSOE de Felipe González en las elecciones generales de 1982.


Lo más destacable del gobierno de Felipe González, mal llamado “socialista”, fue su clara apuesta por el transporte por carretera. Sobre el ferrocarril, lo más importante fue la supresión de líneas férreas a finales de 1984 y el Acceso Ferroviario de Alta Velocidad a Andalucía. Su inauguración en 1992 supuso que la línea Madrid-Sevilla fuera una isla dentro del entramado ferroviario español.


En definitiva, la construcción de esta nueva línea supuso un nuevo cambio en las políticas ferroviarias, porque por un lado se comenzó a dar excesiva importancia la red de alta velocidad, mientras que por otro la red convencional fue condenada al olvido, sobre todo por falta de mantenimiento y nuevas inversiones. Después profundizare sobre este tema.


La represión franquista sobre el colectivo ferroviario


Ahora me gustaría detenerme un momento con el personal, el detalle humano y en dicho sentido recordar de aquellos tiempos de los años 30 del siglo pasado, a dos referentes relacionados con el ferrocarril.

El primero, un gran referente sindical y personal para los ferroviarios, fue nuestro compañero y también camarada, Marcelino Camacho, hijo de Guardagujas y de Guardabarrera, que trabajo cerca de un año en el ferrocarril, en la línea de Valladolid a Ariza, en concreto en la estación de Osma la Rasa (Soria). Ingreso de Aspirante a Factor en 1935 y fue el golpe de estado de julio de 1936 el que hizo que Marcelino no fuera ferroviario de pleno derecho.


El otro referente al que quiero referirme, relacionado con los ferroviarios, es el poeta del pueblo tan querido por todos nosotros, como es y será siempre, Miguel Hernández, por un escrito en prosa, realizado el 18 de abril de 1937, Los hijos del hierro, que da título a un artículo sobre los ferroviarios de Baeza que Miguel firmó bajo el seudónimo de Antonio López en el número 12 de Frente Sur, el órgano informativo y Altavoz del Frente por la República en Andalucía. Después de estos dos recuerdos, de dos referentes, continuo con la historia del ferrocarril, pero en esta ocasión del movimiento obrero.


Solo comentaros que el golpe de estado franquista y su posterior victoria, supuso que el 88% de la plantilla de las distintas compañías ferroviarias, cerca de 90.000 personas, fueran sometidas a comités de depuración.


El franquismo llegó a crear una policía específica que se infiltraba en las compañías para espiar a los ferroviarios y detectar posibles opositores.


“El objetivo”, explica el historiador y amigo, Miguel Muñoz Rubio, era “exterminar a los sindicatos y ubicar a los trabajadores en una situación de permanente terror”. Fueron apartados de su oficio, pero también asesinados, ejecutados tras ser condenados a muerte, encarcelados, utilizados como mano de obra esclava o forzados al exilio. El documental Los hijos del hierro, que puede verse en YouTube, toma su título del artículo que Miguel Hernández publicó en 1937 como homenaje a los ferroviarios, que comentaba antes. Recomiendo su visionado pues es un excelente documental. 


El nacimiento de las Comisiones Obreras ferroviarias 


Damos un salto en años. Como seguro sabéis muchos de vosotros y vosotras, una de las primeras Comisiones Obreras que con tal nombre se recuerda es la formada en Asturias en la mina La Camocha (Gijón), en el año 1957, con ocasión de una huelga en la minería asturiana.

En el caso del ferrocarril, más que CCOO, fue el Partido Comunista de España (PCE), la organización capaz de consolidar, en la década de los años 50, una estructura estable con dos células comunistas en los talleres y estaciones madrileñas.

Esos primeros núcleos de militantes comunistas, junto a un reducido grupo de trabajadores comprometidos con la lucha por la democracia, crearon en mayo de 1964 la Comisión Obrera de Renfe. Así lo acredita su primer documento conocido: una octavilla en donde reivindicaban un salario mínimo de 5.000 pesetas anuales, un nuevo reglamento de régimen interior y libertad para que los enlaces y jurados de empresa representasen a los trabajadores.

Las CCOO ferroviarias, apoyadas en el avance propiciado por las elecciones sindicales de 1966, en el mes de julio de 1967 consiguieron celebrar en la parroquia madrileña de Santa María de Moratalaz la 1ª asamblea ferroviaria de CCOO, contando con la asistencia de una treintena de representantes de diversas localidades ferroviarias.

En poco más de cuatro años (1964-1968), las CCOO Ferroviarias pasaron de constituirse por grupos aislados a articularse nacionalmente, lo que le proporcionaría una mayor capacidad de acción. Seguían teniendo mayor presencia en los principales núcleos ferroviarios y, en especial, en los talleres, pero su extensión era ya un proceso irrefrenable.

Carril: El portavoz de los ferroviarios (1965/2000)

Tras un año de existencia de la creación de la Comisión Obrera en RENFE, el grupo madrileño publica, en diciembre de 1965, el primer número del Carril, que acabará convirtiéndose en el instrumento de comunicación de las Comisiones Obreras Ferroviarias durante más de tres décadas.

Siguiendo el papel que históricamente había cumplido la prensa obrera, a pesar de la represión policial, este boletín no dejó de salir con regularidad durante los años de clandestinidad, convirtiéndose así en un instrumento muy importante para el desarrollo y consolidación de la organización y del propio movimiento obrero ferroviario.

Yo dirigí Carril durante casi una década (1979-1988) y fue una etapa de mi vida muy interesante y emocionante. Recuerdo que la imprenta nos hacia las galeradas en columnas y nosotros, en casa, mi familia y yo, los domingos lo componíamos. Hacíamos los titulares con letraset adhesivas. Como pegatinas, pero letra a letra.

En definitiva, durante 35 años (1965-2000) se publicaron algo más de tres centenares de números de Carril, en los cuales se daban a conocer todos los problemas de los ferroviarios y en donde se establecían las estrategias del sindicado.

La Militarización de 1976: La última batalla del Franquismo

En un contexto general caracterizado por movilizaciones y huelgas por doquier, en 1975 se celebraron las últimas elecciones sindicales franquistas, donde gano “El equipo colorao”, como bien reflejo en su portada el semanario Doblón.

Ello supuso en la practica el fin del Sindicato Vertical, ya que CCOO pudo utilizar con más facilidad este recurso táctico para fortalecer la lucha y robustecer su organización.

Renfe acabó este año sumida en la mayor tensión laboral de toda su historia. Como la propia empresa reconoció, esta conflictividad llevó al Gobierno de Arias Navarro a decidir su militarización, que se hizo efectiva el Día de Reyes mediante el Real Decreto 47/1976. Decreto firmado por el ministro de Gobernación, en aquellos momentos, Fraga Iribarne, el que fuera presidente del PP, como seguro sabéis, hasta su fallecimiento.

Esta medida tuvo el efecto de provocar una respuesta aún más combativa de los ferroviarios. El 12 de enero se manifestaron 1.000 trabajadores por las calles de Villaverde Bajo tras celebrar asambleas y paros. Pero el colofón llegó los días 15 y 16 de enero cuando fueron capaces de celebrar en la estación de Chamartín una reunión que contó con la asistencia de 5.000 trabajadores y que denominaron la Gran Asamblea Democrática de Ferroviarios.

Los trabajadores exigieron que la empresa negociase el convenio con una comisión nombrada por ellos, Renfe no tuvo otro remedio que aplicar una subida salarial en concepto de «plus de coste de la vida» para poner fin al conflicto, pero no acepto la Comisión negociadora que pedíamos.

En mayo de ese mismo año, nos levantaron el castigo de la militarización y volvimos a ser civiles. Yo en enero de 1976, pase de Factor de Circulación a Subteniente y en mayo de nuevo me pasaron a Factor de Circulación. Y que consté que en esos cinco meses que tuve la doble categoría no me pagaron ningún suplemento.

Pero ni todas esas medidas, ni las maniobras llevadas a cabo por el Sindicato Vertical, de la mano de Rodolfo Martín Villa, ministro de Relaciones Sindicales y sus reuniones con Vicente García Ribes, presidente del Sindicato Nacional de Transportes y Comunicaciones, lograron la desmovilización. La movilización se mantuvo hasta que se firmó el primer convenio colectivo, en diciembre de 1976.

La “galerna de huelgas” que le gusta decir a Nico Sartorius, hizo posible el desbloqueo de muchos convenios y la consecución de los primeros, como por ejemplo el nuestro de RENFE. (según datos oficiales en los tres primeros meses del año 76, hubo 17.413 huelgas en España, más que en toda Europa junta).

El Pleno General de Representantes ferroviarios: Una apuesta por la unidad del sindicalismo de clase

La negativa de Renfe a conceder a los trabajadores sus peticiones y el marco franquista de relaciones laborales, pieza básica que diseñó el Régimen Fascista para hacer imposible el conflicto, llevó a las CCOO Ferroviarias a constituir un “órgano asambleario unitario”, órgano que acabó convirtiéndose en la representación real de los trabajadores ferroviarios.

Así nació en el otoño de 1976 el denominado Pleno General de Representantes Ferroviarios, formado por 51 delegados de veinte provincias que representaban a 50.736 ferroviarios. Impulsado por las CCOO Ferroviarias y USO, convirtieron al Pleno en la única alternativa al jurado de empresa.

Sus principales peticiones eran un inmediato aumento salarial que compensase la subida de los precios, la amnistía laboral y la readmisión de los despedidos.

Bajo la representación del Pleno se logró la amnistía laboral y se firmó en diciembre de 1976 el primer convenio colectivo de Renfe, lográndose, por fin y tras una década de lucha, las principales reivindicaciones de los trabajadores ferroviarios.

El Pleno, coloquialmente conocido como la “Plata-Junta Ferroviaria significó, en definitiva, la transición en Renfe de las relaciones laborales del Franquismo a las propias de un país democrático, y supuso al mismo tiempo para las CCOO Ferroviarias el fin de un modelo de acción sindical y el inicio de otro nuevo que se culminaría cuando se convirtiera meses después en un gran sindicato de clase:

Las Elecciones Sindicales en el ferrocarril en democracia

La aprobación en marzo de 1977 de una nueva disposición sobre las Relaciones de Trabajo en España normalizó las relaciones laborales, con lo cual las CCOO ferroviarias comenzaron a preparar las primeras elecciones sindicales en democracia.

Para los ferroviarios de CCOO esta cita, fijada para el 14 de abril de 1978, representaba un reto extraordinario ya que tenían que lograr un amplio respaldo que validase su contribución a la lucha antifranquista y ratificase al mismo tiempo la hegemonía que presumía haber logrado durante la Dictadura.

Los resultados electorales supusieron un gran éxito para el Sindicato Ferroviario de CCOO. Participo el 80 % de la plantilla y CCOO obtuvo el 50,4% de la representación sindical, seguida por UGT con el 34%, USO con el 4,6%, el SU con el 4% y SICRE con el 4%....

CCOO ratificaría su amplia mayoría en las siguientes elecciones, celebradas en octubre de 1980, logrando un 52% de los votos, seguido por UGT con el 36%.  Tras unos resultados más modestos en 1982, alcanzaría en 1986 su máximo histórico con el 58,55% de los votos, seguido por UGT con el 29,15% y un 10 por ciento el resto de sindicatos.

La crisis interna que sufrió CCOO en el ferrocarril en el año 2000 le haría perder su hegemonía, aunque, excepto en las elecciones de 2003, siempre logró ser la organización más votada y con más delegados obtenidos. Esta circunstancia explica la importancia decisiva que el Sector Ferroviario de CCOO ha tenido y tiene en las relaciones laborales del ferrocarril español

Las Coordinadoras en Defensa del Ferrocarril

Como decía antes, en 1982 ganó las elecciones generales el PSOE de Felipe González y lo primero que hizo fue encargar un estudio sobre el ferrocarril, resultado del cual el Gobierno considero que había que cerrar cerca de 3000 Km de vía de los 13.000 que teníamos, por ser deficitarios…

CCOO se opuso radicalmente al cierre de líneas que pretendía aplicar el Contrato Programa aprobado por el Gobierno del PSOE en 1984. Aunque aceptábamos la necesidad de mejorar los sistemas de gestión de la compañía y en particular la reducción su enorme déficit.

Para el Sindicato, el ferrocarril debía mejorar su posición en las regiones con menos renta, que eran a las que más afectaba la medida y contribuir al incremento del empleo. Razones por las cuales resultaba inaceptable dicha medida, dado que suponía un cuestionamiento de fondo de la naturaleza pública de este sistema de transporte.

Una de las primeras actuaciones “políticas” del sindicato, -además de las movilizaciones, que fueron muchas- consistió en presentar, a través del PCE -en marzo del 84-, una interpelación al Gobierno en donde defendió su modelo ferroviario y solicitó una moratoria de un año en la aplicación de la medida para estudiar en detalle las repercusiones que tendría.

Aunque el Gobierno de Felipe González, no modificó sus posiciones, esta iniciativa dio lugar a una alternativa propia, elaborada por dirigentes de CCOO afiliados al PCE y que se recogió en el libro Un ferrocarril para el Progresolibro prologado por el camarada Paco Frutos.

También, durante 1984, en las regiones afectadas por los posibles cierres de líneas, impulsadas por CCOO, se crearon coordinadoras en defensa del ferrocarril y se realizaron movilizaciones de todo tipo para impedir los cierres.

Tras el cierre de cerca de 2.000 km de líneas en enero de 1985 para viajeros, (Algunos tramos se quedaron solo para mercancías), el Sindicato Ferroviario de CCOO, dio un paso más decisivo cuando lideró la constitución, el 5 de junio de 1985, de la Coordinadora Estatal en Defensa del Ferrocarril, que inició su andadura con la participación de representantes de coordinadoras regionales, los sindicatos (excepto UGT) y partidos políticos.

Sus objetivos eran lograr la reapertura de las líneas cerradas, realizar una campaña de concienciación a favor del ferrocarril y llevar a cabo cientos de movilizaciones sociales.

La Coordinadora Estatal, cuya presidencia recayó sobre el conocido catedrático de universidad Agustín García Calvo y su portavocía sobre mí mismo, por aquel entonces responsable de Comunicación del Sindicato Ferroviario de CCOO, presentamos un manifiesto donde se defendía las ventajas económicas y sociales del ferrocarril frente a las otras modalidades de transporte.

La creación de coordinadoras regionales, movilizaciones y campañas de prensa, fueron los ejes que presidieron la defensa de un concepto ferroviario que se vería cuestionado, no obstante, en los años siguientes por la profundización de políticas liberalizadoras de los gobiernos de turno.  

De todo esto hay multitud de noticias y artículos de prensa en las hemerotecas. En mi último libro y como anexos, adjunto varios.

Y a pesar de los 40 años trascurridos CCOO continúa reivindicando la apertura de algunos tramos cerrados por aquel entonces. En mi caso, ahora que estoy viviendo más en Extremadura que aquí en Madrid, me he sumado a un grupo “por la mejora del tren extremeño” y lo que sobre todo reivindicamos la potenciación la ruta de la plata, entre otras cuestiones importantes para Extremadura.

Una de las muchas movilizaciones para reactivar la Ruta de la Plata y reivindicar el tren como solución para la España vaciada 

Lucha de género: Nada es posible sin las mujeres:

Me vais a permitir que hable brevemente de la lucha de género en el sector. En mi libro lo titulo: “Nada es posible sin las mujeres”. Una frase, con la que estoy claramente de acuerdo, pues a lo largo de mi vida personal y sindical he podido comprobar, una y otra vez, que en general las mujeres valen más que los hombres.

Hay que tener en cuenta que el marco de relaciones laborales diseñado por las direcciones de Renfe en la Dictadura Franquista, era claramente machista ya que, entre otras muchas cuestiones, las trabajadoras eran obligadas por ley, -solo por su condición de ser mujer-, a la excedencia forzosa cuando contraían matrimonio.

Tenían vetado el acceso a la gran mayoría de categorías, que eran consideradas exclusivamente masculinas, tampoco podían realizar trabajos nocturnos, -Ley de 1927- como consecuencia de un paternalismo que hundía sus raíces incluso más allá del Franquismo, en concreto en la Dictadura de Primo de Rivera.

La empresa les reservaba, además, aquellos oficios y categorías que a su    juicio eran propios del género femenino, como la limpieza, administración o azafatas, aunque el principal colectivo seguía siendo las guardesas de pasos a nivel.

Las CCOO Ferroviarias fueron de las primeras organizaciones sindicales que incorporó en sus estrategias y reivindicaciones de la lucha de género. Ya en el número 3 de Carril de fecha marzo de 1967, aparecía una primera referencia.

Hubo que esperar hasta 1976 para que CCOO en el ferrocarril recogiese en el anteproyecto del primer convenio colectivo en RENFE toda una serie de reivindicaciones, que debían poner fin a la discriminación sexista de las trabajadoras ferroviarias.

Y fue en la revisión del I Convenio Colectivo, Circular 425 del 23 de enero de 1978, cuando fruto de las reivindicaciones sindicales de clase, se consiguió suprimir el veto a cualquier categoría profesional después de una ardua pelea, no solo sindical, si no también política.

A pesar de ello hasta 1979 no se pudo sacar convocatorias para poder ingresar en RENFE las primeras mujeres ayudantes de maquinistas y factores, por temas que chocaban con leyes en vigor.

Hasta el propio Marcelino Camacho, en su etapa de diputado, a nuestra petición, realizo una interpelación en el Congreso de los Diputados en julio de 1979, relacionada con la discriminación profesional de la mujer en Renfe para poder optar a determinadas categorías profesionales.

A lo largo de la historia del ferrocarril los porcentajes de mujeres trabajadoras fueron muy minoritarios. Un dato: en 1951, en pleno franquismo, RENFE tenía 134.406 empleados, de ellos 3.138 mujeres, es decir en 2,3 % de la plantilla.

En la actualidad, según los últimos datos de 2024, superan el 20 %, siendo el 15% en puestos directivos. Está claro que se ha avanzado, pero hay que seguir luchando por la igualdad de género.

Esto es solo una síntesis del capítulo. Es más amplio, entre otras cuestiones incluyo algunos reconocimientos colectivos y otros más personales a compañeras de las cuales, yo y otros como yo, aprendimos mucho de ellas, en aquellos años difíciles.

En su recuerdo y homenaje, quiero nombrar algunas de ellas: Pepa Vázquez, María Jesús Álvarez y Mercedes Blanco. Las tres ya fallecidas, DEP, os lo merecéis.

Seguiremos apostando por un ferrocarril, publico y social…

Voy finalizando: desde CCOO, antes, ahora y seguro que, en el futuro, “Apostamos por un ferrocarril público y social, como base de una movilidad limpia, segura y justa, que garantice la conexión de ciudades, pueblos y barrios, así como la movilidad de todas las personas, con independencia de su lugar de residencia y situación económica, pues desplazarse no debe entenderse como un privilegio sino como un derecho”.

Este último párrafo, entrecomillado, pertenece a Pepa Páez Parada, secretaria general del sector ferroviario de CCOOdicho hace solo unos días, con motivo de la Semana Europea de la Movilidad, declaraciones que reflejan claramente la posición del sindicato en este tema.

Termino con otra frase, esta del prestigioso historiador Josep Fontana y que refleja un mucho el espíritu de esta intervención y que a mí me gusta resaltar, pues estoy plenamente de acuerdo con ella:

“Si para alguna cosa sirve la Historia,

es para hacernos ver que

ningún avance social se consigue sin lucha”

 

Sin más, recibid un saludo y un gran abrazo y me pongo a vuestra plena disposición de preguntas, comentarios y criticas varias.

Francisco Naranjo Llanos, director de la Fundación Abogados de Atocha (2013-2024) y sindicalista de CCOO.                                                                                                                                       

50 AÑOS DE AQUEL NEGRO 27 DE SEPTIEMBRE

 

Presiento que tras la noche
Vendrá la noche más larga
Quiero que no me abandones
Amor mío, al alba

(de la canción “Al Alba” de Luis Eduardo Aute)

En estos días se cumple el 50 aniversario de los últimos asesinatos de cinco jóvenes por parte de una cruel dictadura franquista. Fue el 27 de septiembre de 1975 cuando por orden de un tribunal militar franquista, con el V.B de un consejo de gobierno presidido por Arias Navarro, cuyo ministro de Gobernación, persona que firmó el decreto de pena de muerte, era Fraga Iribarne, después fundador de AP y presidente del PP, ese partido político que nunca ha condenado la dictadura franquista y que, junto con VOX, aun la añora.

Los jóvenes que semanas antes fueron sentenciados a muerte y después fusilados, eran Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo, Ramón García Sanz, Juan Paredes (Txiki) y Ángel Otaegui. Los cinco eran militantes del FRAP y de ETA y fueron ejecutados en fusilamientos sincronizados en Madrid, Barcelona y Burgos. Estos fueron los últimos asesinados por la dictadura franquista, un par de meses antes, de la muerte del dictador Francisco Franco.

En los días anteriores a los fusilamientos, todos los que nos consideramos demócratas confiábamos que se conmutara la pena de muerte, pues hasta el papa Pablo VI, pidió clemencia por los cinco jóvenes condenados a muerte, pero Franco ignoró esa petición y otras muchas que le llegaron, llevando a cabo los fusilamientos de los cinco jóvenes el citado 27 de septiembre de 1975. (El País ha realizado un interesante reportaje sobre estos fusilamientos, titulado “Las ultimas balas del franquismo”).

La veintena de abogados defensores que se prestaron a su defensa, poco pudieron hacer, aparte de denunciar lo que estaba pasando públicamente. Paca Sauquillo, -compañera y amiga- una de las abogadas defensoras, ha comentado sobre el “juicio sumarísimo” de Madrid: “No les podíamos dejar abandonados. El tribunal no pudo probar la acusación, pero no tuvo compasión”.

La incomunicación que sufrían sus defendidos, hacía que la relación con ellos fuera mínima y para más inri, los abogados fueron expulsados de la sala a punta de metralleta, de donde se celebraba el “simulacro de juicio”, por los militares que presidian el tribunal, porque hablaban y pedían cosas tales como el sumario. La decisión de pena de muerte estaba tomada de antemano.

Yo era por aquel entonces un joven trabajador de RENFE, recién elegido “enlace sindical”, en las ultimas elecciones del sindicato vertical, celebradas en mayo de ese mismo año, a través de las “Candidaturas Democráticas y Unitarias”, impulsadas por CCOO.

Recuerdo con tristeza aquel crimen de estado, pero poco podíamos hacer, al margen de denunciarlo, pero casi siempre en voz baja. Los gritos en aquellas fechas, no eran recomendables. No hay que olvidar que aun estábamos viviendo en una España negra que se resistía a desaparecer.

Eran tiempos de muchas y varias luchas sindicales y políticas y de los últimos estertores del franquismo y el comienzo de la transición modélica, por cierto, que no fue tan “modélica”, que, según historiadores, entre 1975 y 1983, se produjeron cerca de 600 muertos, en la gran mayoría de los casos por terrorismo de extrema derecha. Entre ellos mis compañeros y amigos los Abogados de Atocha.

Pero lo que son las cosas, ese último cruel y negro Crimen de Estado, es más conocido popularmente por la canción “Al alba”, una de las composiciones más conocidas del artista Luis Eduardo Aute. La letra fue escrita por Aute, como una canción de amor en 1973, pero la cantante Rosa León, tras las condenas a muerte, en sus conciertos, dedico la canción a los jóvenes condenados y se convirtió en todo un símbolo y un himno reivindicativo y de protesta, escuchada a luz de las velas, por todos aquellos que querían cambios en los convulsos tiempos del final de la dictadura franquista.

“Yo quería hacer una canción sobre los fusilamientos. Intente hacerla, pero no terminaba de pillar la perspectiva. Empecé a hacer otras canciones. De repente aparece Al alba, que es una canción de amor, de una despedida radical. Pero la iconografía de la canción sugería que el narrador se despedía de su amor porque lo van a fusilar. Rosa León, arriesgando el pellejo, dedicó la canción a los condenados a muerte en sus conciertos”. A partir de ahí, la canción quedó vinculada a los fusilados el 27 de septiembre de 1975, recordaba el propio Aute en una entrevista, poco tiempo antes de fallecer.

Yo por mi parte decir que siempre me ha gustado esa canción, tanto cantada por Rosa León como por su autor, Luis Eduardo, cuando la cantaban en las fiestas del PCE, en el auditorio de la casa de campo era un clamor, así como en los grandes actos convocados por CCOO.  

Al Alba, canción de Luis Eduardo Aute, cantada en el Auditorio Marcelino Camacho, de CCOO de Madrid 

Por cierto, antes de finalizar una breve anécdota: El 27 de septiembre de 2014 estuve en Béjar (Salamanca) a recoger el premio a La Libertad, “Miguel Miñana” que nos otorgó la Agrupación Socialista Bejarana a la Fundación Abogados de Atocha. El reconocimiento fue recogido por el presidente de la Fundación, Alejandro Ruiz-Huerta y el director de la misma, es decir un servidor. Pues bien, a la hora de los discursos comencé mi intervención con la canción AL ALBA, por supuesto no cantada por mí, sino por su autor, Aute, a través del teléfono móvil, consiguiendo, algo de sorpresa sí, pero también un sonoro aplauso. Ese día, hacía 39 años, que fueron asesinados por la dictadura franquista y era una forma de tenerlos en nuestro recuerdo y a su vez denunciar al franquismo.

Por mi parte, poco más que decir, solo que también me gustaría dedicar esta crónica a aquellos jóvenes asesinados, con mis más sentidas condolencias a sus familiares y amigos, que son los que sufrieron sus pérdidas y también a una joven que he conocido recientemente, hija de una querida amiga, fallecida el pasado 8 de marzo de este año y que fue un referente de la mujer luchadora en el ferrocarril, en la época que ocurrieron estos asesinatos.

Esta joven, a la que me refiero, se llama ALBA, nació el día 28 de un mes de septiembre y no por casualidad sus padres le pusieron de nombre Alba, sino como recuerdo y homenaje a lo que significa para ellos la canción “Al Alba” de Aute. DEP los jóvenes de esta historia y también los padres de Alba: Antonio Muñoz y María Jesús Álvarez y un gran abrazo a Alba y a su familia.

Francisco Naranjo Llanos, exdirector de la Fundación Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.

MARIA LUISA SUAREZ, PIONERA DEL LABORALISMO

 

Maria Luisa Suarez Roldan (Foto Fran Lorente CCOO)

Tal día como hoy nació, hace 105 años, María Luisa Suárez Roldán, (Madrid, 9 de septiembre de 1920 y murió también en Madrid el 4 de enero de 2019, a los 98 años de edad), abogada, y fundadora de los primeros despachos laboralistas en 1965. Fue una gran abogada laboralista que lo dio todo por la libertad, la justicia y la democracia en España. Fue Premio Abogados de Atocha en 2005.

Con motivo de este 105 aniversario y teniendo en cuenta los tiempos que corren de “oscuridad histórica” que vivimos en España, quiero en su recuerdo y homenaje dar algunas pinceladas sobre esta mujer abogada y comunista, y sobre todo referente y pionera de los despachos de abogados laboralistas de CCOO.

Creo que personas como ella, su memoria, tiene que mantenerse viva para alumbrar a las personas decentes y honradas que hay en nuestro país, en “esta querida España, esa España mía, esa España nuestra, que, de su santa siesta ahora se despierta” que decía hace muchos años, en una de sus canciones la cantante Cecilia,

María Luisa, debe servir también de referente a esos abogados y abogadas que se enfrentan, día a día, en los juzgados a las injusticias que padece la clase trabajadora, las personas más débiles, las más desfavorecidas, que los hay y muchos.

Realizó su formación en la Institución Libre de Enseñanza, aunque la guerra incivil interrumpió sus estudios. Posteriormente, en 1941 pudo matricularse en Derecho en la Universidad Complutense, siendo la única mujer en ese curso. Finalizó la carrera en 1944, siendo la única mujer de su promoción de Derecho en licenciarse.

Su trayectoria por la justicia, las libertades y la democracia es la que llevó en 2005, a la Fundación Abogados de Atocha, a otorgarle su preciado premio. Tuvo otros muchos reconocimientos en vida como la medalla de Oro al Mérito del Trabajo, otorgada en 1986 y la de la Cruz de San Raimundo de Peñafort, patrono de los juristas, en 1985.

En los tiempos que ahora vivimos, puede resultar inimaginable, la lucha y su trabajo bajo el franquismo. Tal como ella misma relataba en 2009 en una entrevista realizada en Madrid Sindical (periódico de CCOO de Madrid) fue allá por el año 1944 cuando se licencio como abogada. Estudió por libre e iba a los exámenes sola, siempre rodeada de hombres, a pesar de lo cual nunca se sintió “un bicho raro”. Iba por la vida sin avasallar, preguntando y en una actitud respetuosa y nada sectaria. Por ello fue una mujer abogada muy respetada tanto en los juzgados y en el Colegio de Abogados.

María Luisa conoció la República, y como decía antes pasó por la Institución Libre de Enseñanza y fue alumna de Antonio Machado. Aquellas experiencias de adolescente marcaron su corazón de convicciones democráticas y por ende antifranquistas una vez que el golpe de estado franquista y la guerra incivil atravesó en su vida.

María Luisa se incorporó al Colegio de Abogados cuando muy pocas mujeres lo consiguieron, siendo auténticas pioneras que abrieron la puerta a la siguiente generación de mujeres abogadas como Manuela Carmena, Paquita Sauquillo, Cristina Almeida, etc.

Fue hace muy cerca de 60 años, a finales de 1965 a iniciativa del PCE, cuando María Luisa Suarez puso en marcha junto a Pepe Jiménez de Parga, Antonio Montesinos y algún otro abogado, el despacho laboralista de la Calle de la Cruz, 16 de Madrid. Un despacho tan bien conocido por la clase trabajadora por aquel entonces, como por la policía que permanentemente lo vigilaba.

Por ese despacho fueron aprendiendo tantas y tantos jóvenes abogados y abogadas de las clandestinas CCOO que en pocos años montaron una amplia red en Madrid, de una veintena de despachos laboralistas y vecinales y también en provincias, entre ellos el de Atocha-55, quizás el más conocido, por el cruel y sanguinario atentado perpetrado por el fascismo de extrema derecha.

María Luisa Suárez Roldán fue lucha y activismo, compaginado con elegancia, dignidad e inteligencia. Con esa humildad de la que, paradójicamente, sólo una persona con convicciones serias y rigurosas puede hacer gala, defendió a muchos presos políticos y sindicales, entre ellos los más conocidos, como Marcelino Camacho y Julián Ariza.

Desde la creación del TOP (Tribunal de Orden Público franquista), a finales de 1963, hasta su definitiva desaparición en enero de 1977, María Luisa tuvo una participación muy activa como defensora, figurando en ciento cuarenta y siete procesos, la mayoría de ellos defendiendo a trabajadores y trabajadoras y estudiantes de Madrid.

Fue una abogada que siempre vivió en Madrid y por ello unos meses después de su fallecimiento, en 2019, el Ayuntamiento de Madrid, la recuerda en una placa en la Avenida Alfonso XIII, 151. Con esa placa de reconocimiento, el Distrito de Chamartín, recuerda y homenajea a su vecina abogada laboralista y pionera en este ámbito jurídico, sobre todo en los juicios durante la cruel dictadura franquista.

Desde la Fundación Abogados de Atocha, hemos reconocido y agradecido su lucha, su compromiso y el extraordinario papel que jugó en la organización del movimiento obrero en CCOO en plena dictadura. Y, sobre todo, cuando le entregamos el premio, hicimos un ejercicio de memoria, para trasladar al presente los valores y la forma de enfrentar la injusticia y la lucha por la libertad y la democracia de personas imprescindibles como María Luisa Suarez Roldan.

En los momentos actuales de intentos de regresiones y vuelta al pasado, es necesario recordar personas como María Luisa, pues gracias a sus luchas jurídicas, fue posible avanzar en el periodo más negro de la dictadura franquista. Hoy en democracia, con mayor motivo, debe ser posible y también necesario, avanzar en igualdad para blindar los derechos y las libertades democráticas, amenazados por partidos como el PP y VOX, con sus constantes miradas al pasado.

Francisco Naranjo Llanos, exdirector de la Fundación Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.