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Maria Luisa Suarez Roldan (Foto Fran Lorente CCOO) |
Tal día como hoy nació, hace 105
años, María Luisa Suárez Roldán, (Madrid, 9 de septiembre de 1920 y
murió también en Madrid el 4 de enero de 2019, a los 98 años de edad), abogada,
y fundadora de los primeros despachos laboralistas en 1965. Fue una gran abogada
laboralista que lo dio todo por la libertad, la justicia y la democracia en
España. Fue Premio Abogados de Atocha en 2005.
Con motivo de este 105
aniversario y teniendo en cuenta los tiempos que corren de “oscuridad
histórica” que vivimos en España, quiero en su recuerdo y homenaje dar algunas
pinceladas sobre esta mujer abogada y comunista, y sobre todo referente y pionera
de los despachos de abogados laboralistas de CCOO.
Creo que personas como ella, su
memoria, tiene que mantenerse viva para alumbrar a las personas decentes y
honradas que hay en nuestro país, en “esta querida España, esa España mía, esa
España nuestra, que, de su santa siesta ahora se despierta” que decía hace
muchos años, en una de sus canciones la cantante Cecilia,
María Luisa, debe servir también
de referente a esos abogados y abogadas que se enfrentan, día a día, en los
juzgados a las injusticias que padece la clase trabajadora, las personas más
débiles, las más desfavorecidas, que los hay y muchos.
Realizó su formación en la Institución Libre de Enseñanza,
aunque la guerra incivil interrumpió sus estudios. Posteriormente, en
1941 pudo matricularse en Derecho en la Universidad Complutense, siendo la
única mujer en ese curso. Finalizó la carrera en 1944, siendo la única mujer de
su promoción de Derecho en licenciarse.
Su trayectoria por la justicia,
las libertades y la democracia es la que llevó en 2005, a la Fundación Abogados
de Atocha, a otorgarle su preciado premio. Tuvo otros muchos
reconocimientos en vida como la medalla de Oro al Mérito del Trabajo, otorgada
en 1986 y la de la Cruz de San Raimundo de Peñafort, patrono de los juristas,
en 1985.
En los tiempos que ahora vivimos,
puede resultar inimaginable, la lucha y su trabajo bajo el franquismo. Tal como
ella misma relataba en 2009 en una entrevista realizada en Madrid
Sindical (periódico de CCOO de Madrid) fue allá por el año 1944
cuando se licencio como abogada. Estudió por libre e iba a los exámenes sola, siempre
rodeada de hombres, a pesar de lo cual nunca se sintió “un bicho raro”. Iba por
la vida sin avasallar, preguntando y en una actitud respetuosa y nada sectaria.
Por ello fue una mujer abogada muy respetada tanto en los juzgados y en el
Colegio de Abogados.
María Luisa conoció la República,
y como decía antes pasó por la Institución Libre de Enseñanza y fue alumna
de Antonio Machado. Aquellas experiencias de adolescente marcaron su
corazón de convicciones democráticas y por ende antifranquistas una vez que el
golpe de estado franquista y la guerra incivil atravesó en su vida.
María Luisa se incorporó al
Colegio de Abogados cuando muy pocas mujeres lo consiguieron, siendo auténticas
pioneras que abrieron la puerta a la siguiente generación de mujeres abogadas
como Manuela Carmena, Paquita Sauquillo, Cristina Almeida, etc.
Fue hace muy cerca de 60 años, a
finales de 1965 a iniciativa del PCE, cuando María Luisa Suarez puso en marcha
junto a Pepe Jiménez de Parga, Antonio Montesinos y algún otro
abogado, el despacho laboralista de la Calle de la Cruz, 16 de Madrid. Un
despacho tan bien conocido por la clase trabajadora por aquel entonces, como
por la policía que permanentemente lo vigilaba.
Por ese despacho fueron
aprendiendo tantas y tantos jóvenes abogados y abogadas de las clandestinas CCOO
que en pocos años montaron una amplia red en Madrid, de una veintena de despachos
laboralistas y vecinales y también en provincias, entre ellos el de Atocha-55,
quizás el más conocido, por el cruel y sanguinario atentado perpetrado por el
fascismo de extrema derecha.
María Luisa Suárez Roldán
fue lucha y activismo, compaginado con elegancia, dignidad e inteligencia.
Con esa humildad de la que, paradójicamente, sólo una persona con convicciones serias
y rigurosas puede hacer gala, defendió a muchos presos políticos y sindicales,
entre ellos los más conocidos, como Marcelino Camacho y Julián Ariza.
Desde la creación del TOP
(Tribunal de Orden Público franquista), a finales de 1963, hasta su definitiva
desaparición en enero de 1977, María Luisa tuvo una participación muy activa
como defensora, figurando en ciento cuarenta y siete procesos, la mayoría de
ellos defendiendo a trabajadores y trabajadoras y estudiantes de Madrid.
Fue una abogada que siempre vivió
en Madrid y por ello unos meses después de su fallecimiento, en 2019, el
Ayuntamiento de Madrid, la recuerda en una placa en la Avenida Alfonso XIII,
151. Con esa placa de reconocimiento, el Distrito de Chamartín, recuerda y homenajea
a su vecina abogada laboralista y pionera en este ámbito jurídico, sobre todo en
los juicios durante la cruel dictadura franquista.
Desde la Fundación Abogados de
Atocha, hemos reconocido y agradecido su lucha, su compromiso y el
extraordinario papel que jugó en la organización del movimiento obrero en CCOO
en plena dictadura. Y, sobre todo, cuando le entregamos el premio, hicimos un
ejercicio de memoria, para trasladar al presente los valores y la forma de
enfrentar la injusticia y la lucha por la libertad y la democracia de personas
imprescindibles como María Luisa Suarez Roldan.
En los momentos actuales de
intentos de regresiones y vuelta al pasado, es necesario recordar personas como
María Luisa, pues gracias a sus luchas jurídicas, fue posible avanzar en el
periodo más negro de la dictadura franquista. Hoy en democracia, con mayor
motivo, debe ser posible y también necesario, avanzar en igualdad para blindar
los derechos y las libertades democráticas, amenazados por partidos como el PP
y VOX, con sus constantes miradas al pasado.
Francisco Naranjo Llanos, exdirector
de la Fundación Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.
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