12 aniversario Abogados de Atocha, 24 de enero de 1989, (Cementerio Carabanchel ) |
Como es históricamente
conocido ese día un grupo de pistoleros de extrema derecha irrumpieron en el
despacho de los abogados laboralistas de CCOO y del PCE situado en el número 55
de la calle Atocha en Madrid y ametrallaron a las nueve personas allí presentes.
Fallecieron los abogados,
Javier Sauquillo Pérez del Arco, Javier
Benavides Orgaz, Enrique Valdelvira Ibáñez, Serafín
Holgado de Antonio y
el sindicalista Ángel
Rodríguez Leal. Resultaron gravemente heridos los abogados Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell, Dolores
González Ruiz, Luís Ramos Pardo y Miguel Sarabia Gil.
Lo dicho hasta ahora es
sabido por todos aquellos que conozcan un poco la historia reciente de este
nuestro país, pero a mi me gustaría hablar de cómo vivimos algunos esos días
tan borrascosos para el estado español.
El atentado fascista de
ese lunes negro, venía precedido por la huelga en el transporte interurbano, la
muerte el 23 de enero del estudiante Arturo Ruiz por disparos de un grupo de
ultraderecha, “los guerrilleros de Cristo Rey” y el fallecimiento el 24 de
enero de Mari Luz Nájera por impacto de un bote de humo de la
policía, “los grises”, como decíamos entonces. Ese mismo día, por la noche, un
grupo de pistoleros perpetra la que fue denominada por los medios de
comunicación como
Teniendo en cuenta que el
que esto escribe en aquellos momentos era un joven sindicalista de RENFE y
conocía el despacho de Abogados de Atocha, así como a algunos compañeros del
transporte que se reunían allí, viví aquellos sucesos con enorme intensidad y,
porque no decirlo, con miedo, con mucho miedo. En esas fechas mis dos hijos
tenían, uno cinco años y el otro no había cumplido los tres.
Recuerdo que, al día
siguiente, el 25 de enero de 1977, mantuvimos una reunión en la estación de
Príncipe Pió del denominado “Pleno de Representantes Ferroviarios”, organismo
unitario de los trabajadores de RENFE, una representación asamblearia, al
margen del Sindicato Vertical Franquista.
En aquella reunión,
después de mucho debate, -siempre teníamos muchas horas de debate-, además de
condenar el atentado y convocar huelga en el ferrocarril para el día siguiente
-26 de enero- en respuesta al atentado fascista, elegimos a dos compañeros para
que comprasen unas coronas y las llevasen donde pudieran, pues en esos momentos
ni siquiera se sabía si iba a haber ceremonia y entierro público. Uno de los
elegidos fue el que esto escribe.
Al día siguiente, 26 de
enero, día del entierro, compramos las coronas cerca de donde nos reunimos, al
lado de la estación de Madrid Príncipe Pio y a medio día nos encaminamos al
lugar de donde comenzaba la ceremonia del entierro. Íbamos en el coche de mi compañero, -se
llamaba y se llama Santiago Rueda- pero
como Madrid no estaba para ir en coche, muy pronto lo aparcamos y cargamos con
las coronas.
Una para cada uno por las
calles de Madrid y, aunque no nos fijábamos mucho, creo que la gente nos miraba
raro. La cosa cambió cuando llegamos a la calle de Alcalá-Gran Vía, donde ya
había otras personas que hacían lo mismo que nosotros. Jamás en mi vida he
tenido tanto tiempo una corona de flores en las manos. Más de dos horas y no
exagero nada.
Aquel entierro seguramente
ha sido la manifestación más multitudinaria conocida en España durante la transición
democrática, manifestación que colapsó la ciudad entera. No sé quien dijo sobre
la manifestación: “El silencio dolía más que los disparos. Los claveles
fluían como un manto de sangre”. Para mí ha sido la más impresionante y
emotiva que he asistido en mí vida, aquellos miles y miles de hombres y
mujeres, aquella tensión contenida, aquel silencio, solo roto con algunas vivas
a los muertos y por el canto de la internacional, (ya en los cementerios de la
Almudena y Carabanchel) fue algo que el pueblo de Madrid, el país entero, nunca
olvidará.
Después, muchos años
después, conocí personalmente a los, sobrevivientes de aquel atentado criminal:
Lola González, Miguel Sarabia, Luís Ramos y Alejandro Ruiz-Huerta. En los
últimos años se nos han ido Luís, Miguel y Lola. Solo nos queda Alejandro.
Estas cuatro personas,
conjuntamente con los cuatro abogados y un sindicalista asesinados por los
fascistas, son y continuaran siendo iconos de la lucha
por la libertad y por la democracia en nuestro país y símbolos de la
transición de la dictadura a la democracia en España.
En mayo de 2004 y en el
marco del 8º Congreso regional, CCOO de Madrid, a propuesta de su secretario
general, Javier Lopez, aprobó y puso en marcha
Desde entonces, a 19 años
vista, la Fundación ha reconocido y premiado a un buen número de personas e
instituciones que reunían esos requisitos. Este video recoge sintéticamente
los premios y reconocimientos otorgados en este periodo de tiempo:
En este año 2023, el
Patronato de la Fundación ha decidido otorgar el reconocido premio Abogados de Atocha, en su decima novena
edición, a Los operativos de extinción
de incendios forestales, por el importante papel que desempeñan sus
integrantes y su labor, no siempre reconocida.
Este colectivo está
formado por multitud de estamentos y categóricas profesionales, tanto en la
sociedad civil como militar, tales como: Protección Civil, Fuerzas y cuerpos de
seguridad del estado, Brigadas de refuerzo, Cuerpos de bomberos, Bomberos
forestales, Agentes forestales, Agentes medioambientales, Retenes forestales,
Medios aéreos, Unidad Militar de Emergencia (UME), etc, etc. Todos ellos son
los premiados y ha todos les agradecemos su meritoria labor.
En fin, para finalizar y
no extenderme más, solo comentar que desde la Fundación Abogados de Atocha
vamos a continuar con el ánimo y la noble intención de preservar el recuerdo y
la memoria de los 9 de Atocha 55, así como reconocer siempre a las personas e instituciones
que han luchado o luchan por los derechos y las libertades.
Francisco
Naranjo Llanos es director de
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