Y que una lluvia fuerte, sin bioenzimas, claro
Limpiará nuestra casa
Limpiará nuestra casa
Hay que doler de la vida hasta creer
Tiene que llover
Tiene que llover
Tiene que llover
Tiene que llover a cántaros
(A cantaros, de Pablo
Guerrero).
Pablo Guerrero, uno de los padres de la canción protesta y alma de la canción de autor, ha fallecido en Madrid, a la edad de 78 años, el pasado martes 30 de septiembre, dejando un legado imborrable en la música y la poesía española, pues Pablo, no solo fue cantautor, sino también poeta, escritor y extremeño y como tal ejercía.
Consideraba la poesía y la canción, como expresiones de un mismo prisma. Su tema “A cántaros” y la letra “tiene que llover, tiene que llover...”, fue un himno a finales de la dictadura franquista y los comienzos de la Transición, considerando la lluvia como el comienzo de una nueva etapa democrática en España, después de una cruel y sangrienta dictadura franquista.
Recuerdo que cuando se celebraron las primeras
elecciones municipales en democracia, allá por 1978, en Venta de Baños
(Palencia), pase un agradable fin de semana, pues había ganado las elecciones
el PCE y su alcalde fue un trabajador de Correos, afiliado a CCOO, Javier
Hernández, se llamaba, pues falleció en 2020.
En aquella pequeña ciudad, de gran tradición
ferroviaria, como digo pase un agradable fin de semana, sobre todo festejando
la victoria del partido en las elecciones municipales y recuerdo, con absoluta
nitidez, las canciones que cantábamos para celebrar la victoria del PCE.
Algunas de ellas eran de Pablo, la ya mencionada de “A cantaros”, pero también
la de “Tapar la calle”, canción de raíces extremeñas, que refleja las
luchas y esperanzas de las personas por transformar sus realidades.
Años después, muchos años después, en enero de 2019, la
Fundación Abogados de Atocha concedió el premio de reconocimiento al Colectivo
de Cantautores por la Libertad, reconocimiento que subrayaba la conexión
entre el arte de la canción de autor y la lucha por los derechos y los valores
democráticos, valores que la Fundación siempre ha buscado honrar.
Yo, en aquellos momentos director de la Fundación, me
puse en contacto con algunos de ellos, entre otros, con Luis Pastor, Manuel
Gerena, Paco Ibáñez y por supuesto Pablo Guerrero. Los cuatro
quedaron en acudir al acto de entrega y agradecieron el detalle del preciado
reconocimiento, pero por un lado Paco Ibáñez, por motivos de agenda y Pablo
Guerrero por motivos de salud, no acudieron. Si lo hicieron Luis y Manuel. Ahí
están las hemerotecas para certificarlo. Pablo Guerrero, amigo y paisano de
Extremadura, no asistió, pero a mí me quedara siempre el orgullo de la
agradable y cariñosa conversación que mantuve con él, aquel enero de 2019.
A Pablo Guerrero, lo vi en la Transición democrática, como
muchos de aquella época, en los conciertos, para también con más proximidad,
pues a comienzos de este siglo, asiste a la presentación de un libro de Rodolfo
Serrano y allí estaba Pablo, al que conocí personalmente, apoyando a su
amigo Rodolfo, también poeta, además de periodista.
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Rodolfo Serrano y Pablo Guerrero |
En fin, sigamos. Desde su infancia en el campo
extremeño, donde las historias y leyendas moldearon su sensibilidad, hasta sus
años en Madrid, donde se abrió camino en la música y la poesía, Pablo Guerrero,
fue un adelantado de la canción protesta durante la dictadura y la transición. Como
decía antes es el autor de muchas canciones sociales al final del franquismo y
comienzo de la Transición, pues su música habló siempre de las injusticias, la
esperanza y la memoria colectiva. Siempre manifestó su esperanza en las nuevas
generaciones para continuar esa labor de compromiso cívico a través de la
música.
En sus cinco décadas de carrera lanzó más de 15 discos.
Asimismo, publicó más de quince libros de poesía. Su disco en directo “Pablo
Guerrero en el Olympia” (Paris 1975), marcó un antes y un después en su
carrera profesional. Su talento fue reconocido con numerosos galardones, entre
ellos la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el premio “Toda una vida”,
de la Academia de la Música y la Medalla de Extremadura.
Comprometido con las causas sociales hasta sus últimos
días, veía en la música un medio para alimentar el alma y la conciencia social.
Sus últimos discos, con temas llenos de amor y ternura, revela a un artista que
siempre imaginó un mundo mejor y animó a las nuevas generaciones a alzar la
voz. El último disco de Pablo Guerrero es Y volvimos a
abrazarnos (2021), un álbum que
funciono como despedida y que incluye temas sobre el amor y la unión con la
tierra y sus elementos, con la participación de otros artistas.
Extremadura y España pierden con su muerte a un
referente cultural fundamental, la voz que supo encarnar la protesta, la
memoria y la poesía popular. Sus canciones, como él mismo dijo, ya no son solo suyas,
son de todas las personas, “de la gente”, como decimos por aquí. DEP Pablo
Guerrero, tu y tus canciones sí que hicieron mucho y bien por la tierra
extremeña. Aquí en tu tierra -y la mía- nuestra querida Extremadura, siempre te
recordaremos.
P.D.- Pablo Guerrero Cabanillas, nació el 18 de
octubre de 1946 en Esparragosa de Lares (Badajoz) y murió en Madrid, el 30 de
septiembre de 2025.
Francisco Naranjo Llanos, director Fundación Abogados
de Atocha (2013-2024) y sindicalista de CCOO.
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