Antigua estación de RENFE de Imperial (Cerrada en 1987)
Era
un 31 de diciembre de los finales de los años 60 del siglo pasado. Acababa
venir de Extremadura a trabajar de Factor de Circulación (Jefe de
Estación en estaciones pequeñas), a la estación de Renfe de Imperial en Madrid,
también llamada la estación de "Las Pulgas", con poco más de 20
añitos y esto es lo que pasó, o al menos es lo que yo recuerdo que me paso. De
verdad verdadera...
(Canción:
Faltan 5 pa las doce)
Ya saben mis queridos lectores
que la memoria es frágil y según como tengas el estado de ánimo recuerdas las
cosas de una manera u otra, pero de verdad verdadera -más o menos- esto
es lo que recuerdo que ocurrió aquella Nochevieja de hace ya muchos años en
aquella pequeña estación de contorno ferroviario madrileño llamada IMPERIAL,
cerrada en 1987 y posteriormente derribada cuando se realizó la operación
urbanística del Pasillo Verde. Estos fueron mis diez minutos interminables:
-Quedan diez minutos
para que sean las doce de la noche y lógicamente para que den
las doce campanadas y así pasar al próximo año.
-Ya tengo preparadas las
uvas, espero que no me pase como el año pasado que me quedaron dos sin tomar.
Las voy a contar de nuevo, no vaya a ser que ponga de más o de menos. Están las
doce. A ver si hoy no me lió con los cuartos.
-Me doy cuenta que a mí
alrededor esta todo apagado, oscuro y silencioso, solo muy lejos se escucha un
breve rumor. Voy a subir la radio para escuchar mejor el sonido de las
campanadas de la Puerta del Sol. Ya solo quedan cinco minutos.
-Recuerdo las horas que han
pasado hasta llegar a este momento. Llegue a las ocho de la tarde, como todos
los días, mi compañero de relevo me estaba esperando. Le firmo la entrega del
servicio. No hay novedades. El último tren paso hace ya dos horas y no se
espera ninguno más hasta después de las doce. Hoy hay previsto pocas
circulaciones.
-A los compañeros del turno
que tendrían que entrar conmigo ahora, les dije ayer que no vinieran a
currar hasta después de las uvas. Otros dos que cambian su turno a las diez de
la noche, se irán dentro de un rato. Todos ellos tienen planes para esta noche.
Unos piensan tomar las uvas en una fiesta con los amigos, otro dice que
va a ir a la Puerta del Sol. La mayoría pasaran la fiesta en familia.
-Yo no tenía ningún plan
previsto. Estamos en 1969. Mi familia y mi novia están en Extremadura. Mis
compás se habían buscado su rollo para hoy y a mí me ha tocado el turno de
noche y encima a doce horas, de ocho a ocho y tiro porque me toca. Así que
disfruten ellos. Yo como ya tenía asumido que tendría que trabajar
esta noche tan especial, pues me alegro por ellos. Casi todos también
tenían que estar aquí conmigo, pero ya que estoy yo, les he dicho a unos que
vengan tarde y a otros que se vayan temprano… y que se diviertan por mí.
-Quedan tres minutos para
las doce y la radio cada vez se oye peor. Ahora mismo se escucha la canción de
Rosa Morena, mi paisana, "Échale guindas al pavo". Le
subiré el sonido de nuevo. Espero que no se quede sin pilas. Ya lo que me
faltaba. Sería el colmo después de la cena que he tenido. Bueno es un decir...
pues tampoco he comido tan mal. El mayor problema el sabor a lata recién
abierta. Quizás tuve que abrir las latas antes, pero a lo hecho pecho.
-La verdad es que los
pimientos rellenos, una vez que los calenté, al margen del sabor a lata,
tampoco estaban tan mal y las sardinas un poco bastas, quizás tuve que comprar
caballa, pero ya no es tiempo de lamentarme. El vino estaba también bueno.
Mosquea un poco que el tapón no fuese de corcho, solo llevaba un plastiquillo
como tapón, así que no sé, no sé. En fin no le daré más vueltas.
Además piensa que es una noche más, con la única diferencia es que
hoy es un año y dentro de unos momentos otro.
-Bueno insisto, no le des
más vueltas, que ya están a punto de dar las campanadas. Tengo las doce uvas
preparadas y el botellín de sidra en su punto. Yo creo que está bastante fría.
Nevera no tengo, pero como la puse al fresco cuando llegue a las ocho, tiene
que estar bien fresquita. Su marca no es conocida, no es “el Gaitero”, pero me
han dicho que es de lo mejorcito del mercado.
-Joder, quedan apenas
sesenta segundos para las doce y la radio casi no se oye. Encima ya no se puede
subir más el sonido. Con una mano me lo acercaré a la oreja y con la otra me
tomare las uvas. Después brindare con la sidra.
-Se acabo el año viejo, un
año fatal y ya estamos en el nuevo, con nuevas ilusiones y nuevas
perspectivas. Las uvas me las he tenido que tomar a voleo pues se apago la
radio.
-Vale, vale, “nuevas
perspectivas”, pero yo aquí más solo que la una, brindando y
hablando solo, con la mierda de sidra que me han vendido y encima está
caliente, sabe a orines –ha meao diría yo-
y decían que era buena. La radio ya no se oye y mis compañeros seguro que
pasándoselo pipa con sus amigos y su familia y encima aun tardaran más de una
hora en venir, aunque no debería quejarme, porque yo mismo les dije que no
tuviesen prisa.
-Para más INRI, al margen de
las flojas luces de la estación, que parece que estamos en un camposanto, el
entorno esta cada vez más oscuro y silencioso. Ya ni ruidos de fondo. Solo
falta que viniese alguien desconocido y que me pegara un susto “de muerte” para
terminar la noche.
-Joder, ya son la una de la
noche, yo aquí más solo que la una, un día como hoy cinco horas solo
y los compañeros no acaban de llegar. Ni compás ni nada, vaya cara más
dura. Se van a enterar estos cuando vengan. Vaya horas de venir a
trabajar. La sensación de soledad y las lágrimas de rabia, que me han rodado
por las mejillas, “para ciento y un año” que no me van a volver a salir, al
menos solo.
-No y cien veces no, ni
compañerismo, ni hostias. Si hay que joderse nos jodemos todos y no solo el
pardillo y gilipollas de turno. Hasta aquí hemos llegado. A partir de
mañana al que llegue tarde le abro expediente. Se acabo.!!. “Una y no más dijo
Santo Tomas”.
Francisco Naranjo Llanos,
Director de la Fundación Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.
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