Evaristo e Isabel y al fondo el precioso pueblo de Feria |
Hoy hemos estado en Feria y después
hemos tomado un refrigerio en Fuente del Maestre, todo ello desde Mérida, lugar
donde estoy pasando unos días. El motivo del viaje a Feria es volver a los orígenes
de un primo de mi compañera, Evaristo. Este nació en Feria, aunque muy joven se
vino a vivir a otro bonito pueblo extremeño: Torremayor, después recalo en
Madrid y en la actualidad, vive en Mérida. En el caso de mi compañera Isabel era
visitar el pueblo de su querida madre, Dolores, mi suegra, fallecida hace ya
muchos años, (Ver opinión sobre ella en este enlace: Dolores Mujer de pueblo ).
El caso es que hemos pasado
una feliz e interesante mañana y parte de la tarde los tres. En mi caso iba más
de “taxista” y espectador, pero encantado de ir con ellos y ver unos parajes
tan maravillosos, como son los alrededores de Feria y el propio pueblo.
Nada más llegar, será sobre
las doce de la mañana, nos encontramos con la romería de San Isidro que salía
del pueblo y se dirigía a la ermita de “La Caña”, lugar donde se tenia previsto
una fiesta, con concurso de carrozas, de engalanado de caballos y caballistas y
por supuesto, el mas sabroso: concurso de calderetas, tortillas y gazpachos. Todo
un lujo para un pueblo que tiene poco mas de mil habitantes.
Salida de la Romería de San Isidro de Feria hacia la ermita de La Cañá |
Nosotros veníamos a ver si encontrábamos
algún vestigio de familiares de mi compañera y su primo y así nos encaminamos a
la plaza de Feria, que esta, como no podía ser de otra manera, al lado de la
Iglesia y al comienzo de la ladera que da al Castillo de Feria. Allí, nos
encontramos con poca gente, pues la gran mayoría se habían ido a la romería,
pero los pocos que había fueron muy educados y conversadores. En especial la
señora Quica, de 86 años, para más señas, madre del policía municipal, que nos
informo con “pelos y señales”, todo lo que sabia de los familiares por los que preguntábamos.
Mi compañera pregunto con
mucho interés por los familiares -compañera e hija- de un hermano de su madre, Francisco,
asesinado por las huestes franquistas, en 1936, por atreverse a entrar en el
casino del pueblo -en la actualidad un bar- sin permiso del señorito de turno, además
de hablar mal de los sublevados al régimen democrático de La República. Igualmente,
la señora Quica nos hablo de otros familiares. Por su parte Evaristo, recordaba
donde había vivido de pequeño con sus padres y estuvimos viendo las portadas de las casas
donde habían morado padres y abuelos, ya completamente remodeladas con respecto
a cómo estaban hace ya muchos años.
Después nos fuimos un rato a
la romería de San Isidro, a “La Cañá”, lugar muy bonito, aunque para mi gusto
bastante seco, a pesar de pasar muy cerca del lugar un rio. Convivimos con
algunos de “los romeros”, nos tomamos unas raciones y unas cervezas y nos
volvimos hacia Mérida.
Pero al volver y al pasar por
el bonito pueblo de Fuente del Maestre, hemos hecho una parada y estando tranquilamente
en el bar donde tomamos un refrigerio, nos ha llamado la atención el monumento
que puso su Ayuntamiento en 2003, dedicado a la libertad de los pueblos. Me ha
encantado y ahí dejo una foto de la misma.
En la rotonda de la calle
Pilar con el paseo Extremadura en la localidad pacense de Fuente del Maestre se
encuentra este monumento por la libertad de los pueblos,
consistente en un brazo de cinco metros de altura de bronce orientado hacia el
cielo que sujeta en la mano una cadena rota.
He buscado en internet y he encontrado
que su creador y escultor, José Gómez de Guerrero "Mago Merín", dice
de ella: "Es un homenaje a la libertad de los pueblos, a la libertad
que tenemos todos los seres humanos del mundo a ir libremente a buscarnos el
pan donde nos dé la gana". Estoy completamente de acuerdo con lo
que dice y con el expresivo monumento. En todos los pueblos debería haber uno
como este. Por supuesto cuando se puso ese excelente y esclarecedor monumento,
en Fuente del Maestre estaba gobernando la izquierda. Su alcalde era en aquellos
años Diego García Lavado. Es
posible que en la actualidad ese tipo de monumentos no se hubiera aprobado.
En fin, lo dicho, una mañana y
parte de la tarde, feliz e instructiva. Seguiremos visitando pueblos de Extremadura,
la eterna desconocida.
Francisco Naranjo Llanos
Director Fundación Abogados de
Atocha
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