Dolores con su marido y sus hijos en los años 60 del siglo pasado |
Dolores nació en 1913
en un pequeño pueblo blanco de una de las regiones más pobres de España (Extremadura), Feria y aún no había
cumplido los 20 años cuando trasladó su vida a la ciudad: Mérida. No sabía ni leer ni
escribir, pero en asuntos económicos no la engañaba nadie, a pesar de que hacía
la compra no sólo para su familia sino también para el pequeño negocio que
tenían.
Pasó la guerra incivil a trancas y barrancas, pero con
el negocio familiar consiguió, conjuntamente con su marido, criar a los cuatro
hijos que tuvo, e incluso les dio «carrera» a algunos.
La posguerra la pasó escuchando «Lucecita» y otros
culebrones de la radio. Cuando vino la televisión tampoco se perdió ninguno de
los episodios de «Hombre rico, hombre pobre» a la vez que continuaba trabajando
como una «burra» para sacar adelante a sus hijos.
Pequeña, enlutada hasta hace más bien poco -su
marido murió en los años 70-, se reía y disfrutaba con las películas de la
«camama», como ella decía, refiriéndose a los actores de las películas cómicas
españolas: Landa, López Vázquez, Gracita Morales, etcétera.
Recientemente, con más de 80 años, ha dicho
adiós, recordando su infancia y llamando a su madre, que se
quedó en aquel pequeño pueblecito de Extremadura, desde el cual Dolores se fue
a la ciudad en los años treinta.
Pueblo de Feria (Badajoz)
Cientos de personas le dieron el último adiós
mientras la recordaban con su bastón y sus enormes ganas de vivir y, por qué no
decirlo, con su genio endemoniado cuando se enfadaba.
Nunca en la vida ha conseguido ningún premio, no ha salido en
la televisión, ni tampoco su nombre ha figurado en letra impresa en los
periódicos, pero ha luchado tanto o más que muchas de las personas que salen en
los medios de comunicación y después le dan su homenaje.
Desde este rincón quiero dedicar mi particular homenaje con esta crónica a esa
mujer de pueblo. Sé que como ella hay miles de mujeres en la geografía
española, pero para sus hijos ella era única, la más grande, la más guapa, la
más bondadosa. . .
Sirvan estas líneas para darle ese homenaje en letra
impresa a esa mujer de pueblo que como otras muchas mujeres han hecho posible con su sacrificio que muchos
hombres y mujeres pudieran estudiar y prepararse para que nuestro país saliera
de las negras sombras de la dictadura
franquista hacia la luz de Ia democracia, así como para contribuir en el
desarrollo social y económico que en la actualidad vivimos.
!! Descansa en paz, Dolores, mujer de pueblo !!
Ronteky
Muchas gracias por tu escrito, la describes tal cual era, una persona buena, siempre con fuerzas a pesar de la vida tan ingrata que tuvo.
ResponderEliminarLeer esto me trae recuerdos entrañables y emotivos que me hacen llorar. Aunque he de decir que Dolores siempre está en mi mente y es mi mejor consejera. Me indica sin yo darme cuenta que camino tengo que llevar en la vida. Entiendo que muchos no puedan creerlo pero yo hablo continuamente con ella (donde quiera que esté), Le pido consejos cuando la vida se presenta con encrucijadas y sin saber qué decisión tomar. Dolores siempre está conmigo..
Esta muy bien. Cada vez que leo este escrito se me saltan las lagrimas. Mi Abu...las veces que la hicimos rabiar mi hermano Paco y yo...Un beso grande este donde este.
ResponderEliminarQue recuerdos me trae a la mente este escrito. Por Dios...era mas buena que el pan y nos divertíamos mucho con ella mi hermano Mario y yo. Le dábamos sustos en la cocina...el zapatillazo que le dio a Migue que se le quedaron marcadas las letras, je je..y la anécdota del umbral de la puerta, etc, etc. Jo, se la echa mucho de menos. DEP Abu Dolores.
ResponderEliminarBonitas palabras escritas sobre tu suegra, se nota el cariño que la tenías y el valer de esa mujer. Felicidades a los que disfrutasteis de su compañía.
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