Con Santiago Rueda, a mi izquierda, en una comida de ferroviarios, en 2015. |
Ayer por azares del destino me enteré que mi amigo Santiago Rueda González, ferroviario, sindicalista CCOO y amigo de sus amigos, había fallecido hace ya unos meses. Le pase un mensaje por teléfono móvil, para comentarle la pronta publicación de mi ultimo libro “El pasado es la linterna del futuro” y su compañera Paloma me sorprendido comunicándome la noticia de su muerte. Me quede sin palabras.
Cuando pude reaccionar, además de darle mis más sinceras
condolencias a su compañera Paloma, comencé a pensar en el recorrido de su
vida, durante muchos años unida a la mía. Santi era de las personas que uno conoció en momentos
importantes de la vida, como fue el periodo de la llamada transición española
de la dictadura a la democracia en nuestro país y a partir de ahí 50 años de
amigos. Santi era de esas personas, que, aunque haya pasado tiempo sin
verte te saludaba como si hubiéramos estado hablando ayer.
Recuerdo que sería mayo de 1975, en vísperas de las últimas
elecciones del sindicato vertical, cuando Santi me visito en Peñuelas (estación
de ferrocarril de Madrid) para proponerme que me presentará para enlace
sindical en las listas que apoyaba CCOO.
Yo le negué varias veces, pero al final, cuando estaban
a punto de cerrarse el plazo para la presentación de candidaturas acepte ir,
con el compromiso de renunciar una vez que finalizaran las votaciones.
Y ya veis, 50 años después, aun continuo en la lucha
sindical, ahora en la Fundación Abogados de Atocha y antes en diferentes
estamentos de CCOO, siempre acompañado por personas con esa gran capacidad de convención
y sobre todo de trabajo y honestidad como Santi fue, a lo largo de su también larga
etapa ferroviaria y sindical, en las filas de ese gran sindicato que fue y que
es CCOO.
Recuerdo tantas cosas de Santi, que no cabrían en un artículo
de opinión, daría para un libro. Por cierto, que en el libro que comentaba
antes, de próxima publicación, en muchos capítulos hago referencia a Santiago
Rueda, como protagonistas de las muchas intrahistorias que cuento, como por
ejemplo, el acompañamiento de las victimas de los asesinatos de los Abogados de
Atocha, el 26 de enero de 1977, día de sus entierros. El 23F, el día que los
militares secuestraron el Congreso de los Diputados, recordando aquella tarde/noche,
aciaga del 23 de febrero de 1981, etc, etc.
También me viene a la mente los muchos días de asambleas por
las estaciones ferroviarias limítrofes con Madrid y las muchas anécdotas que
vivimos juntos en la década de los años 70 y 80 del siglo pasado. Si no fuera
porque él siempre fue más guapo, -mucho más- que yo, podían habernos confundido
con hermanos gemelos. Pues siempre íbamos juntos y además bien avenidos.
Y claro, tampoco puedo olvidar cuando en los 80, estuvo a
punto de perder la vida, debido a una operación de estómago, mal realizada en
un hospital de provincias y que finalizo -en positivo- con su traslado al hospital
Público de La Paz, donde después de varios días entre la vida y la muerte salió
relativamente ileso. En esos días todos temimos que se fuera. Incluso hubo
discusiones familiares por el lugar donde lo iban a enterrar. Estando ingresado
en La Paz acompañe a Marcelino Camacho a visitarlo para darle ánimos, pues
aparte de la operación, él necesitaba de ánimos.
En fin, continuo, en lo sindical Rueda fue miembro de la Comisión
Negociadora, del Pleno de Representantes Ferroviarios (organismo unitario al
margen del sindicalismo vertical), que negocio y firmo a finales de 1976, el
primer Convenio Colectivo de RENFE, por aquel entonces la primera empresa del país,
con 75.000 trabajadores.
Formo parte de las primeras ejecutivas del Sindicato
Ferroviario de CCOO, así como de la Ejecutiva de la Federación de Transportes y
Comunicaciones de CCOO, como responsable de Finanzas, esa secretaria que no
quiere nadie, pero que es tan importante para el buen funcionamiento de
cualquier empresa o institución.
En fin, reitero, podía seguir hablando de Santi, siempre para
bien, una y otra vez contando cosas. La ultima vez que hable con él fue con
motivo del fallecimiento de otro grande de las CCOO ferroviarias, Domingo Bartolomé
Pinar, a finales de 2022, pero para mí parece que fue ayer cuando
conversamos. Me he dado cuenta que han pasado dos años, cuando he buscado la
fecha del fallecimiento de Domingo.
En fin, voy terminando y quisiera hacerlo con los versos de
el poeta del pueblo, Miguel Hernández, con una de las estrofas de la
elegía que Miguel le dedico a su querido amigo Ramón Sijé…
Un manotazo duro, un golpe heladoUn hachazo invisible y homicida
Un empujón brutal te ha derribado
D.E.P, querido amigo Santi, estes donde estes, te mereces ese
descanso. Nosotros, o al menos yo, desde aquí en la tierra, te recordaremos
siempre. ¡Un abrazo “Divi”, amigo y camarada!
Santiago Rueda González, nació en Herrera de Pisuerga
(Palencia) el 30 de octubre de 1946 y murió en Madrid el 9 de julio de 2024, a
la edad de 77 años, víctima de un maldito cáncer.
Francisco Naranjo Llanos, director Fundación Abogados de
Atocha y sindicalista de CCOO.
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