Esta semana, el 19 de abril, hace seis años que murió el Doctor Luis Montes con 69
años de edad a consecuencia de un infarto. Me lo recordaba un amigo extremeño. Gracias
amigo Ángel Calle, por tu siempre máxima atención a la memoria y al recuerdo de
las causas justas.
Cuando ya hace más de dos años que festejamos la ley de la eutanasia, es de justicia recordar
el acoso que sufrió la figura de Luis Montes, quien agitó la bandera en favor
de la muerte digna y soportó hasta 73 denuncias falsas, donde lo acusaban de
400 muertes irregulares elevadas hasta la Fiscalía por el Gobierno Regional
madrileño de Esperanza Aguirre.
Pero
quién era ese Doctor Montes
Luis Montes Mieza, fue un médico anestesista,
coordinador del Servicio de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés,
desde la puesta en marcha del hospital pepinero en 1987, lugar donde trabajo
hasta su jubilación en 2009. A partir de esa fecha y hasta su fallecimiento en
2018, fue presidente de la asociación Derecho
a Morir Dignamente. Anteriormente fue director médico del Hospital La Paz
de Madrid y jefe del Servicio de Reanimación del Hospital Severo Ochoa de
Madrid. Siendo durante toda su vida laboral un gran profesional de la medicina
y gran defensor de la muerte digna.
Pero en marzo de 2005, la derecha más retrograda, es
decir el PP madrileño, con Esperanza Aguirre al frente y su Consejero Lamela,
como brazo ejecutor, quiso que el Doctor Montes, saltara a la fama y pasara a
ser el chivo expiatorio de la ofensiva PPera contra la Sanidad Pública
madrileña, acusando a él y a otros profesionales del hospital por una serie de denuncias
anónimas de la muerte de 400 personas. Los seguidores de la baronesa Aguirre y
la caverna mediática se hizo rápidamente eco de la “noticia” y el Gobierno regional destituyo a Montes y a
otros del área de urgencias. Se amparo en una supuesta comisión nombrada al
efecto para realizar una investigación.
La comisión que designó el Gobierno Regional para indagar no tuvo en cuenta las
advertencias de la falta de medios en la planta y otros temas variados. Dos
años más tarde, los fiscales redactaron un duro reproche contra esta comisión y
la actuación de la Consejería de Sanidad por conducirse de manera “parcial” en
este asunto.
Mientras tanto los medios de comunicación afines,
seguían echando gasolina al caso. Esto es un claro ejemplo: Federico Jiménez
Losantos, en la COPE: “No se trataba de
aplicar morfina a enfermos terminales con horribles sufrimientos, sino que
llegaba un señor con una insuficiencia respiratoria, con una apoplejía que
tenía una esperanza de vida, a lo mejor de cinco años, y se la piolaban… sin permiso suyo, por
supuesto, ni de su familia”. Llamaba a este grupo de médicos
despectivamente “Sendero luminoso”.
En muy pocas semanas la Comunidad de Madrid remitió 73
casos y 15 médicos a la Fiscalía. Montes y sus colaboradores tenían fama de
ser progres y nada proclives al plan de liberalización y
privatización sanitaria en el que iba a embarcarse la Comunidad de Madrid de la
mano de Manuel Lamela y Esperanza Aguirre. Finalmente, el fiscal dejó el
expediente en 15 casos referidos a 11 especialistas. Era junio de 2005 y la
bomba que había caído en el hospital de Leganés ya había generado una onda
expansiva imparable.
En junio 2007, dos años después, un juzgado de Leganés
sobreseyó el caso absolviéndolos de todos los cargos. No había pruebas que
ligaran las muertes con las sedaciones. El escrito sí recogía que este archivo
no descartaba que hubiera habido “mala
praxis médica”, pero no había pruebas de delito. Luis Montes y el resto de
imputados, agradecieron las
felicitaciones de muchos de sus compañeros y
pacientes, pero también advirtieron que iban a recurrir. Que no querían
que quedara sombra sobre la forma de actuar con los pacientes.
Así, casi tres años después - mil días- desde que la Consejería de Sanidad diera pábulo a la primera denuncia anónima, y tras haber sido exonerados unos meses antes, en enero de 2008, la Audiencia Provincial de Madrid dejo claro que no hubo mala praxis médica en las supuestas sedaciones irregulares a pacientes terminales en la Urgencia del Hospital Severo Ochoa de Leganés, aclarando que deberían suprimirse del auto del archivo cualquier referencia “a la mala práctica médica”. Quedaba claro que las denuncias además de anónimas eras falsa y los acusados inocentes.
Pero incluso después de conocida la sentencia
exculpatoria continuaron los ataques mediáticos al Doctor Montes. Uno de los
más conocidos es el de Miguel Ángel Rodríguez, actual mano derecha de la Señora
Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid, que se atrevió a insultar en
varias TV ya a finales de enero de 2008:
"el que decide matar a
alguien es un nazi", en alusión a Luis Montes, a quien calificó hasta
en cuatro ocasiones de "nazi"
en distintos medios. En abril de 2011, tres años después, salió la sentencia por la que se condenaba a Miguel
Ángel Rodríguez, al pago de 30.000 euros como autor de un "delito continuado de injuria grave realizado con publicidad"
contra Luis Montes.
Lo que sí también está claro para la historia, es que el doctor Luis Montes además de ser inocente, simbolizó la resistencia contra la privatización de la Sanidad a medida que la campaña orquestada contra él daba paso a la solidaridad de usuarios y trabajadoras de la sanidad pública. CCOO de Madrid por su parte, con su secretario general, Javier López, al frente en aquellas fechas, siempre estuvo convencido de la verdad y honestidad de los profesionales sanitarios del Severo Ochoa, proponiendo y realizando movilizaciones tanto en Leganés como en Madrid por su defensa y de la sanidad publica.
Por su parte la sección sindical de CCOO del Hospital Severo Ochoa de Leganés con Isabel Serrano a la cabeza, fue un claro ejemplo de lucha por la verdad y la defensa de los trabajadores agredidos por el poder político y mediático cavernario. Al final la justicia puso cada uno en su sitio y se demostró que todo era un bulo encaminado a la privatización de la sanidad madrileña.
Señalar
aquí, que a pesar de quedar meridianamente claro que aquello fue un bulo y una patraña y a pesar de las sentencias a favor de los
médicos de la urgencia del Severo Ochoa, nadie de la Consejería pidió perdón, ni dimitió ni subsanó el daño
ocasionado. Pero a pesar de todo, Luis Montes y su equipo además de comprobar que su causa solo
intentaba hondar más en las privatizaciones, conocieron el cariño y apoyo de cientos de miles de
personas, trabajando hasta el final defendiendo la Sanidad Pública y el derecho
a una muerte digna y libre.
Años después
a los que conocimos aquello solo nos queda recordárselo a otros y
continuar en las calles, en nuestros
puestos de trabajo, en las Asociaciones Vecinales, Sindicatos, instituciones
públicas, etc, luchando por una sanidad pública y universal.
En cuanto a
Luis Montes, decirle alto y claro, este donde este, que muchos de nosotros
recogemos su legado y le agradecemos sinceramente sus luchas, sacrificios y
compromisos, pues no han sido en vano. Cuantos
recuerdos, homenajes y reconocimientos se merecen personas como él. DEP Don
Luis, siempre estarás con nosotros.
Francisco
Naranjo Llanos, Director Fundación Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.
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