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LEMA DE ESTA BLOG: ... hay un rayo de sol en la lucha que siempre deja la sombra vencida. (Miguel Hernández)

47 ANIVERSARIO DE LA LEGALIZACIÓN DE CCOO

 

El 27 de abril de 1977 fue legalizada CCOO y el resto de sindicatos de clase. Una legalización con sabor amargo, pues las manifestaciones del 1 de mayo, cuatro días después, fueron prohibidas y los que salieron a la calle aquel día fueron duramente reprimidos.

Ese primer 1 de mayo de 1977, ya “legalizados”, estalla “el día de los botes de humo”, según definición de Marcelino Camacho. Ocurre en Vallecas, Madrid. Acuden cerca de 100.000 personas, según los sindicatos; y 6.000 según el Gobierno. Y empiezan las carreras y los botes de humo de la policía franquista.

Por la tarde se había organizado una fiesta campestre en el Pinar de las siete hermanas en la Casa de Campo, fiesta que tuvo un carácter pacífico hasta que al final de la tarde intervino de nuevo la policía. La jornada de aquel 1º de mayo de 1977, ya con los sindicatos legalizados, se saldó con varios heridos graves, más de doscientos heridos de diversa consideración y centenares de detenidos.

No había comenzado bien el año 1977, el 2 de enero falleció en accidente de automóvil, Juan Muñiz Zapico, histórico dirigente asturiano de CCOO.  El 24 de enero, pistoleros de extrema derecha a sueldo del fascismo entraron en Atocha 55 y asesinaron a cuatro abogados laboralistas y un sindicalista, todos ellos militantes de CCOO y del PCE dejando malheridos a otros cuatro abogados.

Aquella última semana de enero del 77, sería conocida como la semana negra o semana trágica, como bien lo aclara “Siete días de enero”, la película de Juan Antonio Bardem, porque también se sucederían los asesinatos de los estudiantes Arturo Ruíz y Mari Luz Nájera y los llamados GRAPO, asesinaron a dos policías y un guardia civil.

Previamente, ese mismo grupo, había secuestrado al presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol y Urquijo y al presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, teniente general, Emilio Villaescusa, en una espiral de provocación y violencia entre estos autodenominados grupos antifascistas y la ultraderecha, con el claro interés que la incipiente democracia descarrilara.

Por cierto, que a lo largo de los años se ha demostrado documentalmente que tanto unos grupos como otros, eran fascistas al servicio del franquismo más retrógrado. 

Pero hoy estamos hablando de la legalización del sindicalismo de clase y en especial de CCOO, sindicato que los poderes gubernamentales, ligaban con el PCE y que por aquellas fechas no tenían previsto legalizar, pero el empuje de CCOO en la calle, “la galerna de huelgas” que diría Nico Sartorius y su enorme representatividad entre las personas trabajadoras hizo que al final se descartara la no legalización. Todo indica que el entierro-manifestación del 26 de enero por los Abogados de Atocha, tuvo mucho que ver con la decisión final, primero legalizando el PCE en la semana santa de 1977 y después a CCOO el 27 de abril del mismo año.

Para recordar las trabas que se le pusieron a CCOO, solo hay que recordar lo ocurrido en el año anterior:

En 1976, el Secretariado de la Coordinadora General de CCOO, decidió celebrar la Asamblea General de CCOO en Madrid, en la que estaba previsto que participaran 2.000 delegados de toda España. Se realizó la petición oficial a las autoridades gubernativas, para los días 27, 28 y 29 de junio de 1976. El gobierno la prohibió.

Mientras tanto, el 15 de abril de ese mismo año, UGT había celebrado su XXX Congreso, tolerado por las autoridades, a su vez que Marcelino Camacho y otros compañeros estaban otra vez en prisión.

Prohibida la Asamblea de Madrid, la dirección de CCOO decide celebrar clandestinamente la Asamblea en Barcelona el día 11 de julio de 1976, en la que, constatada la imposibilidad de crear un sindicato unitario, se decide comenzar a debatir la posibilidad de pasar a CCOO de movimiento a organización sindical.

CCOO decide adoptar una estructura sectorial y territorial. Durante el otoño de 1976 y los primeros meses de 1977, CCOO va constituyendo los sindicatos de nacionalidad y regionales, mediante un proceso asambleario. Las coordinadoras generales de rama se convierten en el embrión de las federaciones estatales.

Destacar aquí, que la multitudinaria participación, el 26 de enero de 1977, en el entierro de los abogados laboralistas de la calle Atocha de Madrid, militantes de CCOO y del PCE, históricamente esta constatado, que fue el detonante de la legalización de CCOO y del PCE.

El 27 de abril de 1977, semanas después de la legalización de los partidos políticos, son legalizados los sindicatos y se cierra una larga etapa de represión; así nace legal y jurídicamente la Confederación Sindical de Comisiones Obreras, que celebra su primer Congreso en junio de 1978, siendo elegido secretario general Marcelino Camacho, que se mantuvo en el cargo hasta 1987.

FRANCISCO NARANJO LLANOS, director Fundación Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.


ANIVERSARIO DE MI INGRESO EN LA RENFE

Cuatro Vientos (Madrid) 1965

En esta primera semana de abril de 2024, la 25 Promoción de ffcc, conmemoramos el 59 aniversario del ingreso en el Regimiento de Movilización y Prácticas de FF.CC en Cuatro Vientos en Madrid, cuestión que hicimos, con la edad de 18 años, algo más de dos centenares de jóvenes, en la mañana del 1 de abril de 1965, como paso previo para que cuatro años después, en 1969, ingresar en RENFE, unos con la categoría de Ayudantes de Maquinistas y otros como Factores.

Si, si, soy consciente que ya ha llovido, pero aquí seguimos algunos viendo como sale el sol y sigue cayendo agua de vez en cuando. En esta ocasión vamos a disfrutar un fin de semana de una de las ciudades más bellas de la costa norte: Santander, la capital de Cantabria, presumiblemente con lluvias, pero seguro que también con sol.

Estas conmemoraciones, encuentros y reuniones las venimos realizando cada año, a partir del 25 aniversario, con más o menos participación, y así además de conocer algo más el patrimonio cultural de las ciudades y pueblos de nuestro querido país, llamado España, también saboreamos su patrimonio culinario. Los últimos encuentros los hemos realizado en Segovia, Coruña, Sevilla, Mérida y el pasado año en Aranjuez.

Revisando fotos de la década de los 60 del siglo pasado recuerdo con nitidez cuando fui a Madrid, con 18 años, a examinarme para el ingreso en la RENFE, a través del Regimiento de Movilización y Prácticas. Iba sobre todo con muchas ganas de conocer Madrid, pues era la primera vez que salía de mi querida tierra extremeña y con pocas esperanzas de aprobar el examen.

Pero casualidades de la vida, conocí poco Madrid, pues solo estuve un par de días. Me aloje en casa de un familiar que vivía por la zona de Arguelles y lo que más recuerdo fue la Plaza de España y resulta que sin gran interés aprobé los exámenes para ingresar en RENFE. Hice los cursos y prácticas en Madrid, Córdoba, Granada y Mérida a lo largo de cuatro largos años.

Lo de Madrid no fueron practicas ferroviarias, fue mili, pura y dura. Los meses de peor recuerdo. Ingrese el 1 de abril de 1965 y estuvimos en Cuatro Vientos unos tres meses, que a mí me parecieron años. De este tiempo lo que más recuerdo fue las sesiones de misa, y lo de un Cabo 1º, que se subió con sus botas encima de mis pies, con deportivas, porque no tenía el ángulo correcto entre pies según su opinión. El dolor y daño que me causo nunca lo he podido olvidar. Entre misas y prácticas militares se pasaron los tres meses.

La segunda etapa, ya con prácticas y textos ferroviarios, fue en Córdoba, durante unos ocho meses. De ahí si salimos preparados para hacer de Factor en cualquier estación de ffcc. Mis recuerdos no son excesivamente malos. Teníamos al Capitán Águilas, una persona a la que se le tenía un miedo tremendo. Bueno, más que miedo pánico. Solo saber que estaba a punto de llegar se echaba todo el mundo a temblar, sobre todo por los castigos, eran malos o peores, dependiendo del humor que viniese.

Pero reitero, no tengo mal recuerdo. Entre que me dedicaba a estudiar para sacar la mejor nota posible para poder pedir las mejores plazas que salieran al final del curso y la posibilidad de ir los fines de semana a Mérida, mi lugar de residencia, se me paso el tiempo. Éramos 48 en el curso. Yo llegue con el numero 23 y finalice con el 7, con las notas acumuladas por meses, así que me fui a hacer las prácticas de Factor a Mérida, que era uno de los lugares preferidos que podíamos realizarlas.

Un par de años después, en 1968, fui a Granada a realizar el cursillo de Factor de Circulación, otro par de meses. En el tiempo que estuve en esta bonita ciudad andaluza, en el cursillo de Circulación, tampoco tengo malos recuerdos, teniendo en cuenta el espíritu propositivo que he tenido siempre, pues hice un curso con buenas notas, lo que hizo posible que realizara las practicas también en Mérida y pudiese conseguir como residencia definitiva, ya como fijo, la primera de las plazas que pedí: La estación de Imperial, en Madrid.

Aunque reconozco que de Granada me quedó un recuerdo bastante triste y doloroso. Me explico: Por las noches los Prácticos de Ferrocarriles, como nos llamábamos, nunca íbamos a cenar a un cuartel cercano. Como no estábamos mal económicamente, nos apañábamos con comer de bocadillos o raciones en la Cantina donde estábamos realizando los estudios y así no tener que desplazarnos al cuartel de al lado. Pero resulta que nos enteramos que a los pocos soldados de mili que iban a cenar les daban poco y mal de comer y decidimos espontáneamente ir a cenar todos una noche, en solidaridad con ellos.

Granada (Andalucia) 1968

Éramos 36 en el curso, más unos 12 o 14 que estaban haciendo la mili, nos presentamos de golpe unos 50 y como no esperaban mas de diez o doce, tuvieron que improvisar la cena. Tampoco fue tan difícil: Más caldo a las sopas y más huevos fritos. Termino la cena y nosotros tan contentos por el gesto de apoyo y solidaridad que habíamos hecho a los soldados de mili que obligatoriamente tenían que ir a cenar todas las noches.

Pero al día siguiente se armó la marimorena. El Capitán del regimiento de ferrocarriles, el Capitán Valdés, nos convocó con suma urgencia para decirnos que habíamos cometido un delito de sedición del código militar y que iba a mandar a su casa a los cabecillas de aquella rebelión militar y que seriamos nosotros quien los eligiéramos. Nos hizo sacar papel y lápiz para que escribiéramos los nombres de los supuestos cabecillas.

De los 36 que éramos, la mitad, escribieron nombres a voleo y los elegidos con más votos, unos cuatro o cinco, no los echaron, pero si quedaron marcados y como castigo quedaron los últimos de la promoción. Yo fui de los 18 que dejamos el papel en blanco, pero eso no ha sido óbice para que ese suceso también me marcara para toda la vida. El sentido de la solidaridad se dividió al 50% en cuanto nos apretaron un poco. Aún recuerdo las palabras de uno de los que saco más votos, uno de los hermanos Santaella, diciendo: “Mi capitán, me puedo ir vistiendo de paisano”. Como digo, no los echaron, pero quedaron los últimos de la Promoción y fueron destinados a plazas donde nadie quería ir.

Las practicas, como comentaba antes, tanto de factor como de circulación, las hice en Mérida. En los cerca de tres años que estuve haciendo ese servicio ferroviario en la ciudad emeritense, solo tengo buenos recuerdos, con la excepción de algún desgraciado accidente ferroviario, que costó la vida a algún compañero de trabajo. DEP, compañero Borrego.

Eran los años 1967, 68 y parte del 69, del siglo pasado y mi padre también trabajaba en la estación de Mérida de Guardagujas, así que estuve muy a gusto,  y de forma especial mis mejores recuerdos, son la cantidad de amigos que hice en esa época, Ángel Caballero, Ángel Pastor, son algunos claros ejemplos de ellos.

Ahh, y también, como recuerdo más entrañable y más importante para mí, es que, en aquella época de los finales de los años 60, conocí a una persona extraordinaria y singular. Tan singular que llevo viviendo y conviviendo con ella más de 50 años y que es, ni más ni menos, mi querida esposa y madre de mis hijos. Gracias Isabel por aguantarme tantos años.

Mérida (Extremadura) 1968

Después, en abril de 1969, me licencie y me dieron plaza en Madrid y aunque nunca abandone Mérida del todo, en Madrid llevo más de 50 años y ahí ha trascurrido la mayor parte de mi vida y ahí sigo teniendo el domicilio oficial, aunque en la actualidad estoy largas temporadas en Mérida. Pero eso son otras historias, tan interesantes o más que nuestro ingreso en la compañía ferroviaria.

Francisco Naranjo Llanos, director Fundación Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.

 

 


 

 










20 AÑOS DESPUES: 192 VIDAS EN NUESTRO RECUERDO.

Aquel 11 de Marzo de 2004, hace ahora 20 años, a primera hora de la mañana iba escuchando la SER, en coche camino de Alcalá, a un congreso sindical de la comarca del Henares. Eran poco más de las ocho de la mañana cuando Iñaki Gabilondo, anunciaba que: “hace unos momentos se han registrado dos explosiones consecutivas en la madrileña estación de Atocha y muy cerca de ella, por el momento las noticias son confusas”.

A partir de ahí todo se precipita, llego tarde a Alcalá por los atascos y controles que había en varios puntos de la carretera. No se celebra el acto previsto, pero sí una manifestación a las doce de la mañana para condenar el atentado, desde la sede de CCOO de Alcalá hasta el Ayuntamiento.

A media tarde de vuelta a Madrid comenzamos los preparativos de la gran manifestación unitaria del día siguiente. Por aquel entonces yo era el responsable de Comunicación de CCOO de Madrid. También se empiezan a difundir los comunicados conjuntos condenando los atentados, así como los de la convocatoria de la manifestación.

Fatigado del todo el día, sobre las ocho de la tarde, lo primero que pienso es irme a casa. Un compañero dice de ir al IFEMA, lugar donde llevan los cuerpos sin vida de los fallecidos en los atentados. Las familias de los fallecidos o desaparecidos estaban en el recinto ferial Juan Carlos I, donde eran atendidos por psicólogos y psiquiatras, que les acompañan durante el tiempo que tarden con el proceso de identificación.

Aunque insisto en no querer ir al IFEMA, mis compañeros me convencen y al final voy pero con la idea de estar solo un rato. El panorama que nos encontramos allí es muy difícil de describir. Hay que vivirlo. Después de ver muchas escenas de dolor y de muchas vueltas por el edificio, encontramos y tratamos de animar a la familia Benito Samaniego, con un hijo desaparecido, de 27 años, Rodolfo, sobrino del dirigente sindical de CCOO: Rodolfo Benito, que para el dolor de su familia apareció esa misma noche. Era uno de los asesinados por el atentado.

Con su nombre, Rodolfo Benito Samaniego, familiares y amigos crearon una Fundación, con sede en Alcalá de Henares, con el fin de mantener vivo su recuerdo y el de las personas que sufrieron el brutal atentado en las estaciones de RENFE de Madrid. Todos los años, además de otras actividades, se realiza un acto en recuerdo y homenaje de las víctimas en donde se entregan los premios de la Fundación a la Innovación Tecnológica.

Vuelvo de nuevo a la noche de aquel día. Serían ya más de las doce de la noche...Recuerdo que en otro lugar del edificio del IFEMA alguien nos comenta que se encontrPilar Manjón, a la que fuimos a ver y que también estaba a la espera de saber algo de su hijo Daniel. Pilar, sindicalista, miembro de la Ejecutiva de CCOO de Madrid en aquellas fechas, estaba destrozada ya en esos momentos.

Como comentaba antes, ya estábamos en la madrugada de la noche del 11-M y a Pilar, nuestros abrazos y palabras de ánimo, no le servían de nada. Su hijo estaba ya desaparecido y se temía lo peor. Y lo peor llegó cuando su hijo apareció días después y fue de los últimos en identificar. El dolor de esa madre, además de ser compañera y amiga, ha sido desde entonces algo que no he podido olvidar ni creo que nunca en mi vida olvidaré.

Cerca de un año después, Pilar Manjón, en representación de la asociación 11M, Afectados del Terrorismo, dio muestras a todos de su entereza y valentía. Eso ya lo sabe la sociedad española y creo que todo el mundo. Entonces solo lo sabíamos algunos de nosotros. Cada vez que coincido con ella y la abrazo, siento como un pinchazo en el corazón, continúo emocionándome y me acuerdo de aquel fatídico día, 11-M del 2004, fecha que fueron asesinadas 192 personas, entre ellas su hijo de 20 años: Daniel Paz Manjón.

Recuerdo que me fui a casa más allá de las dos de la madrugada, ya 12 de Marzo, pues aunque pude hacer poco, me siento orgulloso de haber ido y haber estado en el IFEMA aquella tarde y parte de la noche, abrazando y compartiendo el dolor con algunos amigos y amigas.

No quiero finalizar sin dejar de decir algunos de los recuerdos que nos dejó la excelente intervención de Pilar Manjon en la Comision de Investigacion del Congreso Diputados, en diciembre de 2004, así como la desagradable imagen de los representantes del Partido Popular: Eduardo Zaplana y Vicente Martínez Pujalte, “pasando” de la comparecencia, mientras leían distraída y al parecer divertidamente, un periódico, mostrando su desprecio con su aptitud y sus risas hacia las víctimas del 11 M, mientras Pilar hablaba emocionaba, en nombre de las víctimas. Algo, que aunque fue a través de TV, también se me ha quedado muy grabado en la memoria. Ese desprecio por las víctimas de esos representantes del PP, es difícil de olvidar…

Aquella intervención de Pilar, que fue calificada por muchos como un “aldabonazo a las conciencias”, a mí entender también fue una verdadera lección de valentía y coraje, de una madre que ha perdido un hijo, así como de una representante responsable de un amplio colectivo cruelmente golpeado. 



Desde que ocurrió el atentado criminal hasta la fecha han pasado veinte años y todos los años se organizan actos de recuerdo y homenaje desde distintas instituciones de la sociedad madrileña, entre otros los sindicatos de clase, CCOO y UGT, que conjuntamente con la Unión de Actores, recuerdan ese día, rindiendo a las víctimas y a sus familiares su más sentido homenaje. Este año se realizara el próximo lunes 11 de marzo a las 10,30 horas, en la explanada de la estación de ffcc de Atocha/Cercanias.


En el año 2014 también la Fundación Abogados de Atocha, coincidiendo con el 10º aniversario, se sumo a los homenajes pues su Patronato decidió ese año, otorgar su reconocimiento anual a las víctimas del 11M y en especial a la labor de solidaridad y de justicia y apoyo a las víctimas que ha desempeñado durante esos años la “Asociación 11M, afectados del terrorismo”.

En fin finalizo: en este 20 aniversario, sirvan estas breves lineas como recuerdo y homenaje a Daniel, a Rodolfo…, en definitiva a las 192 personas asesinadas y a los más de 1.500 heridos en el brutal atentado de aquel 11-M y que tanto dolor, rabia e indignación, causó a todos y especialmente a sus familiares y amigos.

Francisco Naranjo Llanos, director de la Fundación Abogados de Atocha y sindicalista de CCOO.

P.D.- Este articulo tambien esta publicado en el diario digital Madridiario.es, en el apartado de OPINION 






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