La mejor fórmula de
acordarse de lo que se vive a lo largo de los años es contemplar una
imagen. Enseguida te viene a la memoria lo que hay detrás de la foto y en su
entorno.
1 de mayo de 1993, en Martorell en la boda de mi sobrina Maribel
Hace poco más de 27 años de esta foto. En
ella vemos a mi sobrina Maribel, esplendida, en el día de su boda y a su lado
su querido esposo Javier. A su alrededor mis hijos Paco y Mario, aún
adolescentes y a mi querida Isabel, mi compañera y madre de mis hijos y yo
mismo, ya maduritos, pero aún jóvenes. Bueno, más o menos como ahora. La
diferencia es que ahora tenemos juventud acumulada y entonces no hacía falta
acumular nada.
Gran día ese 1 de mayo de 1993, pues además
de casarse mi sobrina favorita, -por supuesto sin menospreciar a su hermana, mi
querida sobrina Eva- pudimos disfrutar de una mañana y una tarde con gran parte
de la familia más cercana. Mi hermano Juan, mi cuñada Fina y otros y otras,
como mi primo Sandalio y su mujer Cecilia, etc, etc. en unos lugares y paisajes
inolvidables.
La ceremonia nupcial fue en Martorell, ese
acogedor pueblo de Cataluña, situado en la comarca del Bajo
Llobregat, en la provincia de Barcelona. Por cierto cuando se celebro la boda
tenía unos 17.000 habitantes y en la actualidad, casi el doble, cerca de
30.000.
Pero una de las cosas que me impacto fue el
lugar donde celebramos el banquete nupcial, no recuerdo el nombre del pueblo,
pero sí que en el restaurante estaba en lo alto de una montaña, desde donde se observaban
unas preciosas vistas. Y allí estuvimos cerca de cinco horas. Si nos
descuidamos enlazamos la comida con la cena. Empezamos con el aperitivo sobre
las 14,00 horas y serian las 18,00 horas cuando aun estábamos con los postres.
También recuerdo esa boda porque era la
primera vez y creo que la última, que he faltado a la manifestación de un
primero de mayo, desde aquel 1 de mayo de 1978 en libertad, después de más de
40 años de aguantar la nefasta y represora dictadura franquista. Reitero, desde
que los sindicatos fueron legalizados en abril de 1977 nunca he faltado a la
cita del primero de mayo, con dos excepciones: En 1993 por la boda de mi
sobrina y este año 2020 por la Covid 19, aunque en esta ocasión hemos
participado de forma virtual.
Voy terminando y seguimos con la boda. Una boda que fue en consonancia con los novios. Unos novios guapos, una boda guapa. Recuerdo que esa noche nos quedamos en casa de mi hermano y cuñada, tanto Isabel, como Mario. Mi otro hijo Paco, se vino ese mismo día en un tren nocturno de Barcelona a Madrid, pues tenía necesidad de ver a su novia Vanesa.
En el teatro romano de Mérida, en agosto de 2015, mas de 20 años después de la boda que comento, Maribel, con su marido Javier y sus hijos Sergio y Adrian, e Isabel y yo mismo. |
En fin recuerdo esa boda, como una boda
importante en mi mente, pues no se quien dijo que con los años los recuerdos en
lugar de borrarse se avivan. Un abrazo a todos los participantes en aquel
evento y a los contrayentes que sigan disfrutando de aquel feliz enlace y de
forma especial con sus dos queridos y brillantes hijos Sergio y Adrian
Francisco Naranjo Llanos
Bonito el día 1/5/1996, mi número favorito el 15, fue un día muy especial rodeada de toda mi familia, muchas gracias tito, me ha encantado, muchos besos 😘
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