(Los
mil ochocientos empleados de Sintel, con gran afiliación sindical, estaban
acostumbrados a la negociación y a la movilización para establecer sus
convenios. Pero de repente se encontraron en la calle. La venta fraudulenta de
la empresa, la falta de interlocutores y la nula respuesta del gobierno les
lanzaron a una acción sin precedentes en el madrileño Paseo de la
Castellana. Allí estuvieron más de seis
meses, desde el 29 enero al 3 de agosto de 2001.
Breve
sinopsis del documental “El efecto Iguazú” de Pere Joan Ventura).
El mes de junio de 2013 el caso Sintel llego a su fin, después de cerca de
13 años de lucha. De esas primeras fechas, en especial del 2000/2001, me vienen a la
memoria mil y un recuerdos y anécdotas de las movilizaciones de estos 1800
trabajadores y sus familias, sobre todo de las ocurridas en sus seis meses de
acampada en la Castellana madrileña, de lo que se llamo “El
Campamento de la Esperanza”.
Antes
de contar como vivi y vi yo el conflicto, comentar un par de cosas: En
noviembre del año 2000 los trabajadores de Sintel interpusieron la primera demanda
jurídica, denuncia que después de cerca de 13 años, ha dado lugar a que en la
Audiencia Nacional se llegara a este final del 14 de junio de 2013: “la
actual propietaria de Sintel, la empresa Mas Tec, accedio voluntariamente a
pagar un total de 35 millones de euros que serán repartidos entre los
extrabajadores y proveedores de la antigua filial de telefónica”, cuestión
que me confirmo personalmente Adolfo Jiménez, compañero y amigo, y uno de los
máximos protagonistas de aquella lucha histórica.
En
concreto este acuerdo significa que la mayoría de los trabajadores de Sintel
tendrán una pensión digna y otros una indemnización importante. En aquellas
fechas de los 2000, Adolfo, era el Presidente del Comité de Empresa de
Sintel.
Ya
ha llovido desde entonces, tanto, que incluso dio tiempo a que se produjese el
documental El efecto Iguazu, que lo podéis ver en el video adjunto y que fue
premiado con un Goya por la Academia de Cine en 2003. Por cierto este
documental debe su nombre a que algunos de los trabajadores de Sintel habían
estado realizando trabajos en Argentina y visitaron las cataratas de Iguazu,
situadas en la frontera con Brasil y pudieron comprobar que el río va tranquilo
hasta que de golpe se acelera de tal forma que cualquier barca un poco
despistada puede ser arrastrada al despeñadero sin salvación:
Al
igual que el capitalismo inmerso en la globalización puede arrojar a empresas y
trabajadores al vacío de forma brusca sin que nadie pueda sentirse a salvo.
Pero
ellos, los trabajadores y sus familiares y de forma especial sus mujeres,
lucharon con todas sus fuerzas para no caer por esa catarata capitalista y
aunque tarde, unas veces muy acompañados por todos y otras más solos, han
conseguido que al menos parte de lo que reivindicaban lo han dado. La mayoría
de ellos tendrán una pensión digna y otros una indemnización importante. Su
lucha no ha sido baldía, fue y será un ejemplo claro que los que pelean
consiguen cosas, los que no lo hacen, se conforman con las migajas
sobrantes de los poderosos.
La gran
movilización comenzó en diciembre del 2000, después de varios meses
de no pagarles la nomina, la empresa les comunica un ERE de 1200
bajas, de los 1800 trabajadores de la plantilla, ERE que fue contestado con una
huelga, que da comienzo el 22 de enero de 2001 y una semana después se
decide la acampada en pleno centro de Madrid, el paseo de la
Castellana, frente al estadio del Real Madrid, el Santiago Bernabéu. Acampada
bautizada como el Campamento de la Esperanza.
Para
conocer con detalle lo que paso en esta lucha se necesitarían varios libros y
más de un documental. Los primeros meses de movilizaciones convocadas por el
Comité de Empresa y apoyada por todos los sindicatos, fueron seguidas
masivamente por la plantilla y genero unas grandes muestras de solidaridad por
la ciudadanía. Manifestaciones, encierro de mujeres en la Catedral de la
Almudena, la organización modélica del campamento, etc. Las visitas del mundo
de la cultura con personas como José Saramago y José Luis Sampedro, cantantes
como Miguel Ríos, Luis Pastor e Ismael Serrano, líderes vecinales, políticos,
sindicalistas...y por supuesto cientos de trabajadores y trabajadoras
El
Campamento de la Esperanza se convirtió en foro abierto a todos:
Conciertos, actos públicos, manifestaciones, todo era poco para trasladar la
solidaridad con los trabajadores de SINTEL en aquellos meses. El apoyo es
generalizado y como le gusta decir a Javier López, que era secretario
general de CCOO de Madrid por aquel entonces, Madrid se convertía una vez más
“en el rompeolas de todas las Españas” y como ejemplo de lucha de la clase
trabajadora.
En la foto José Luis Sampedro con Javier López y Francisco Naranjo
en el Campamento de la Esperanza en la Castellana (Madrid).
Vienen de todo el país, pero especialmente de Madrid. Desde los sindicatos se dirige el proceso de movilización, junto a los trabajadores de Sintel, cuyos líderes naturales eran Adolfo Jiménez y Valeriano Aragonés. Desde las comisiones obreras madrileñas se organizan múltiples actos de solidaridad con los acampados, buscan la intermediación del Gobierno Regional, negocian con las autoridades, para evitar intervenciones policiales contra el campamento, que en varios momentos estuvieron a punto de producirse y moviliza al activo del sindicato en apoyo a la lucha de Sintel.
El
final de la acampada se produjo el 3 de Agosto de 2001, tras una masiva
asamblea celebrada en el Salón de Actos de CCOO de Madrid, (hoy lleva el nombre
de Auditorio Marcelino Camacho). La votación de la asamblea traslada una masiva
confianza en el Acuerdo que los sindicatos habían alcanzado con el Gobierno
Central, que incorporaba indemnizaciones, recolocaciones y el impulso a otras
posibles salidas de empleo, entre otros aspectos.
Lo
que parecía una satisfactoria salida al conflicto, se convirtió sin embargo en
un nuevo foco de problemas. Unos meses después, una parte importante de los
trabajadores de SINTEL que no renunció nunca a un nuevo proyecto colectivo
empresarial, dirigido por ellos mismos, desencadena una controversia interna en
CCOO y diferentes estructuras sindicales mantienen posiciones contrapuestas.
Una confrontación interna que se agudiza en el marco de conflictos
desencadenados en la comisión ejecutiva confederal de las CCOO,
que finaliza con ceses y dimisiones. En esa época el Secretario
General del sindicato era José María Fidalgo.
A
pesar de todos los problemas sindicales y jurídicos los trabajadores de Sintel
no se rindieron, continuaron luchando en la calle, en los despachos y por la
vía jurídica. Crearon una Empresa SINTRATEL en la que dieron empleo
a cerca de 400 trabajadores. Ahora continúan con la empresa a pesar
de la crisis y a pesar de la cantidad de zancadillas que le han puesto.
A
finales del pasado mes de noviembre coincidí en la entrega de Premios
Ciudadanos, con uno de sus líderes naturales: Valeriano Aragonés. En
la recogida del premio estuvo acompañado por Olga Lucas, escritora y
viuda de José Luis Sampedro. Además de saludarles y felicitarles por el
premio, les grabe un video de sus intervenciones. Valeriano con un
lenguaje sencillo y educado, a pesar de lo que “ha llovido” para ellos, explico
en poco más de 10 minutos la lucha de los trabajadores de Sintel, desde el año
2000 hasta el 2013.
Aqui lo cuelgo para conocimiento general.
Valeriano Aragonés en la
entrega de los Premios Ciudadanos 2013
Desde
mi punto de vista, al margen de posibles equivocaciones y errores de unos o de
otros, lo que está claro es que el colectivo de los 1800 trabajadores de
Sintel y sus familias han tenido un buen resultado de su larga lucha, lucha que
ha merecido la pena y han dejado muy claro que la lucha obrera sirve y
como dijo Valeriano en su intervención, cuando recogio el premio Ciudadanos, valido para cualquier colectivo: "Si
se lucha se puede perder pero si no se lucha estas
perdido".
Lo que no sirve para nada es resignarse, Gracias por vuestra lucha y un abrazo compas de Sintel, ahora Sintratel.
RONTEKY
Muy completa exposición del atraco a SINTEL y a sus trabajadores, plantilla de la que formé parte durante 25 años.
ResponderEliminarAjustada y exacta crónica, salvo que pasó Ud. muy por encima la maniobra mas traidora que se puede hacer desde un sindicato (CC.OO.) a sus afiliados y trabajadores en general. Es de tal magnitud la salvajada que se puede comparar sin duda alguna a la lucha mantenida por todos nosotros con la ayuda inestimable de A. Jimenez al frente de un grupo de compañeros que nos han llevado a no perder nunca LA DIGNIDAD personal de cada uno de nosotros y el compromiso legal de abogados, fiscal y seguramente gente que desconozco. José Maria Fidalgo, Ignacio Fernández Toxo y todo "el Consejo de Administración" de CC.OO. son unos TRAIDORES y unas FALSAS PERSONAS con nosotros. Conste. Lo digo yo.
El daño hecho a los extrabajadores de Sintel es responsabilidad del entonces secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo que, equivocadamente, trabajó para todas las partes excepto para sus representados legítimos.
ResponderEliminarLa única forma de desagravio para cicatrizar las heridas causadas sería la pública petición de perdón a los extrabajadores de Sintel y sus familias. Sería lo menos que debería hacer un sindicato que ha sido de clase.