y la importancia de la expresión “todo es según el color del cristal con que se mira”,
Estación de Peñuelas |
Imperial era una estación ferroviaria destinada
al tráfico de mercancías. Debe su nombre a encontrarse situada junto a Paseo
Imperial, muy cerca del estadio Vicente Calderón. Sus instalaciones fueron
conocidas popularmente como estación de las pulgas, denominación que ya
recibían los terrenos en los que se erigió la estación antes de su construcción
en 1881. Era una estación fundamentalmente dedicada al trafico de mercancías, sobre
todo de materiales pesados, como la piedra, el carbón, la madera y
el hierro, así como al ganado y pescado.
Peñuelas se construyó en 1909 y
estaba situada entre los paseos de la Esperanza y Yeserías, sobre los terrenos
de unos grandes almacenes comerciales llamados La Alhóndiga. Fue la última de
las estaciones que se construyeron del llamado Contorno de Madrid. Era la
estación aduana de Madrid, en ella se recibía mercancías del extranjero y se
distribuía a otras ciudades españolas y a su vez era punto de partida de los
productos españoles hacia el exterior de nuestro país.
Ambas estaban emplazadas sobre
la línea de circunvalación, que unía las estaciones madrileñas de
ferrocarril de Atocha y Norte. Fueron construidas por la Compañía de los
Caminos de Hierro del Norte de España como ampliación de la estación
terminal de dicha compañía, Príncipe Pío. En 1941pasaron a ser propiedad
de RENFE al absorber esta a todas las compañías ferroviarias privadas de
España.
Fue el 5 de junio de 1987 cuando paso el último tren
de mercancías por esas estaciones y en esta ocasión el tiempo pasado parece que
no fue mejor, al menos urbanísticamente hablando. La desaparición de ambas
estaciones dio paso al soterramiento de las vías, así como el traslado de la estación Sur de autobuses, la
desaparición de la Papelera Peninsular y el Matadero Municipal, con el fin de
mejorar el desarrollo urbanístico de la
zona de Arganzuela. Dichas estaciones ocupaban más de 150.000 metros cuadrados, en la actualidad reconvertidos en viviendas, equipamientos y zonas
verdes, dentro de la zona conocida como Pasillo Verde.
Estación de Imperial |
El que esto escribe durante muchos años trabajo en ambas estaciones y vivió en una de ellas: Peñuelas. Mis recuerdos, anécdotas e historietas de mi estancia en ellas por tanto son innumerables. De Imperial recuerdo muchas, alguna de ellas ya referida en otra entrada de este blog. Contare aquí alguna nueva.
Era un caluroso día de verano del
año 1969. De la Mahou, la fabrica de cervezas de al lado del estadio Vicente
Calderón, empresa que tenia un ramal de vías que enlazaba con la estación, vino
un empleado con una caja de 24 cervezas preguntando por el Jefe de Estación.
Inmediatamente le dije: “hoy domingo yo”
y me entrego la caja de cervezas. En todas las estaciones había un frigorífico
viejo, Imperial no era una excepción, así que allí las metimos y en cuanto
estuvieron en su punto invite a los compás de la brigada de maniobras a tomar
unas cervezas fresquitas. Creo que eran mahou cinco estrellas.
Al día siguiente, lunes, D.Alejandro, Jefe de Estación principal, persona que
los domingos descansaba, vino a preguntarme que si el día anterior le habían
traído una caja de cervezas. Le dije “no,
para vd D. Alejandro, no han traído nada, para mi si. Aun queda alguna
botella en el frigo, por si quiere probarlas”.
Don Alejandro muy enfadado,
tirando a colérico, comenzó a gritar
diciendo que esas cervezas eran para él. Yo le reitere que el empleado solo
pregunto por el jefe de estación y ese domingo era yo, así que no había mas que
hablar. Con un enorme cabreo no dijo más y se fue. Aclarar aquí que aunque yo
solo tenía la categoría de factor de circulación, al estar el jefe titular de descanso,
asume esa función el agente de mayor categoría según las normas de RENFE. La
verdad que aunque le sentara mal a Don Alejandro aun recuerdo lo bien que nos
sentó aquellas cervecitas en pleno verano, je je. Eso sí el empleado de la
mahou no volvió a aparecer por allí.
Salida de Imperial hacia Peñuelas |
En cuanto en Peñuelas, además de
trabajar, viví en el edificio antiguo de la estación. Al parecer fue un palacete
del Conde de Romanones y de la Condesa de Arganzuela. Un antiguo palacete de
caza a las afueras de Madrid, construido cuando Madrid por esa zona terminaba
en la Puerta de Toledo. Una vivienda donde crecieron mis hijos pasando de niños
a adolescentes, en esas fechas de la década de los 70/80 en que España estaba recién
salida de una cruel dictadura y pasaba por la transición democrática. Esos
tiempos tan cuestionadas últimamente por los partidos llamados emergentes...
Recuerdo que en 1975 era enlace sindical y militaba en las comisiones obreras aún
clandestinas y en la puesta en marcha del pleno de representes ferroviarios (órgano
sindical asamblearió y unitario de RENFE), haciendo asambleas alegales cada dos
por tres para dar cuenta de la marcha de las negociaciones del Convenio Colectivo.
En Peñuelas también estaba cuando la militarización de RENFE de 1976, motivo
por el cual de golpe me ascendieron a Sargento, eso sí “de complemento”. Ya en
1977 y con motivo de la legalización de los sindicatos y de la afiliación
voluntaria, tengo algunas anécdotas que contar.
En Peñuelas e Imperial, prácticamente el cien por cien de la plantilla, unas
120 personas, se afiliaron a CCOO. Cuando
estaba afiliando en Peñuelas a los compás, recuerdo a una persona que todos los
18 de julio iba con su traje azul marino a la plaza de Oriente a darles vivas
al Caudillo, que también quiso afiliarse y por ahí no pase. Le dije “lo siento
pero no te afilio a comisiones obreras”. Este se lo tomo muy mal no entendiendo
porque no lo hacia socio pues el quería colaborar y tal. Le dije: “pues no, no
voy a afiliarte porque una organización de la clase obrera como CCOO no
merece que un falangista como tu este en ella”. Que yo recuerde creo que a lo
largo de mis muchos años de vida sindical fue la única vez que no afilie a una
persona por sus ideas políticas.
Ya en 1978 se celebraron las primeras elecciones sindicales en democracia en
RENFE y me presente al comité de empresa correspondiente por CCOO. Había algún
otro compañero de UGT que también participaba y organizamos un debate para
presentarnos como candidatos y dar a conocer nuestras alternativas sindicale. Yo
ya tenía un poco de experiencia en hablar en publico por mi participación en
los plenos de representantes y me presente con una cuartillas que me servían
de guión pero el compañero de UGT dijo que como no estaba acostumbrado a
hablar en publico traía un reproductor de cassette, donde tenía gravado su
intervención. O sea que lo del plasma de Rajoy ya hace mucho que se invento. Al
margen de la situación cómica que se produjo, por supuesto el debate lo gane
yo, pues al compañero ugetista lo del cassette solo le sirvió para la
primera intervención, después se lío un
poco.
Pero al margen de anécdotas sobre
todo mi estancia en Peñuelas e Imperial reafirmó en mí la importancia de la expresión “todo
es según el color del cristal con que se mira”, sabía reflexión atribuida
al escritor y pensador español Ramón de Campoamor. Me explico: Comencé a
trabajar en Imperial a finales de la década de los años 60, pero al cabo de
poco tiempo pase a hacerlo en ambas estaciones con lo cual aprendí pronto las labores y el
trabajo real de cada una de ellas. Para mi la carga de trabajo colectiva que
teníamos en una u otra estación era similar. En ninguna de ellas reventábamos,
puedo asegurarlo. Pero eso era para mí, para el resto de la brigada de
maniobras que había en ambas estaciones y que solo trabajaban en una de ellas,
era todo lo contrario.
Si estábamos en Peñuelas en
cuanto teníamos que hacer alguna maniobra a un tren -quitar o poner vagones-
inmediatamente los de la brigada decían: “Jo, lo que se curra aquí y los de
Imperial tocándose las partes nobles”. Si el apretón de trabajo ocurría en
Imperial, el comentario de los currelas era exactamente el mismo: “Jo, lo que
se curra aquí y los de Peñuelas tocándose las partes nobles”.
La verdad verdadera, es que a mi
entender la verdad absoluta no existe, se
puede decir que hay aseveraciones que tienen pretensiones de verdad absoluta, pero casi siempre están condicionados por la subjetividad, por nuestra particular
perspectiva, en definitiva por el color del cristal con el que miramos.
Cuando en 1992 vine a vivir a Embajadores ese edificio principal todavía existía
ResponderEliminarSi,es es el unico edificio que quedo de la linea del contorno, pero una oscura noche la piqueta municipalista de Alvarez del Manzano acabo con él.
ResponderEliminarClaro, para hacer un instiruto
EliminarGracias por el articulo y las fotos. Curiosísimas. Recuerdo la tapia de la estación de Peñuelas, ya me intrigaba el fc. por entonces. Y un mes de julio por avería salí por la línea de circunvalación que estaba en desuso pero utilizable, aun no se había hecho en 1980 o 79 el pasillo verde, todo el tramo hasta Delicias lleno de hierbas secas. Tardé dos horas pero el recuerdo es impagable. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por el artículo!. En el trazado urbanístico actual ¿dónde estaría ubicada la antigua estación de Imperial?
ResponderEliminarMi abuelo Benito fue jefe de estación en Peñuelas y vivió en la casa, me contó muchas historias muy chulas de su trabajo.
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