LEMA DE ESTE BLOG...

LEMA DE ESTA BLOG: ... hay un rayo de sol en la lucha que siempre deja la sombra vencida. (Miguel Hernández)

23.F: GRACIAS SEÑORA ANASTASIA

Eran algo más de las seis y media de la tarde del 23 de febrero de 1981. Estábamos en la estación de Príncipe Pío de Madrid. Lugar donde la representación sindical de RENFE tenia ubicado el Comité Intercentros de la compañía ferroviaria. Otro compañero del Comité y yo fuimos a tomarnos un café a “Casa Germán”, una pequeña cafetería que aun se mantenía en esta estación, y ya estaba de boca en boca la noticia: ¡Se esta produciendo un Golpe de Estado en el Congreso de los Diputados!.

“El asalto al Congreso de Diputados; (18,23 horas del 23.F)
 …/…
Los oficiales golpistas, bajan de los autobuses y reducen a los nueve números de la Policía Nacional que custodian las puertas y entran en el Congreso.
-Con vosotros esto no va. Pero si ofrecéis resistencia, os abrasamos-
-Don Manuel Núñez Encabo. -No-. Contesta el Diputado.
Mientras Antonio Tejero Molina y sus oficiales, van dando órdenes a la tropa, ¡Vamos.Vamos. Rápido!-.
Las fuertes voces de mando, se extienden por todo el Congreso. Y el ruidoso caminar de las pesadas botas contra las gruesas alfombras, que cubren el parquet, ponen en sobre aviso a los Diputados y al presidente del Congreso, Landelino Lavilla, que se dirige a uno de los ujier.
-Vaya Vd., por favor, a ver cuál es la causa de ese ruido…
El griterío va en aumento. Se escucha un fuerte golpe y se inicia un altercado con el personal del Parlamento. Y el ujier entra y e informa rápidamente al Presidente, fuera de si. -¡Han entrado unos hombres. Unos hombres armados. Pegando tiros!-


La toma del Hemiciclo

-Se ha escuchado un golpe muy fuerte en el Hemiciclo-. Emite, en directo, para la Cadena Ser, el periodista radiofónico Rafael Luis Díaz, desde la tribuna de la prensa.
-¡Quieto todo el mundo!-. Grita, desde la tribuna, el Teniente Coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero Molina, que ha conseguido entrar en el Hemiciclo, esgrimiendo una pistola en su mano derecha.
-La policía, ¡La Guardia Civil!, entra en estos momentos en el Hemiciclo del Congreso de los Diputados-, continúa narrando Rafael Luis Díaz, mientras escucha las ráfagas de disparo de los guardias civiles y las de las cámaras de los periodistas gráficos presentes en la sala.
-Hay un teniente coronel que está apuntando al Presidente del Congreso de los Diputados. No podemos emitir más, porque nos están apuntando. Llevan metralletas.


Las imágenes

-No enfoques para acá la cámara o te mato. ¡Desenchufa eso. Desenchúfalo!
El cámara de televisión española, con cierta sangre fría y profesionalidad, quitó el brillo del visor y no desenchufó la cámara. Que continuó emitiendo…
…/… (Breve resumen del relato del periodista Roberto Cerecedo en su blog)”.

Esto es lo que estaba pasando  en el Congreso. Mi amigo y yo continuábamos en la cafetería de la estación del Norte. Germán puso la TV  y los que estábamos allí aun pudimos ver unos minutos en directo lo que estaba pasando en el  hemiciclo: unos sonidos y unas imágenes nada tranquilizadoras.

A partir de las siete de la tarde, casi no recuerdo más, quizás algo de música militar y una película, pero en esos momentos me preocupaba más que mi compañera y mis hijos, entonces de 4 y 8 años, no llegaban y encima cada vez que pasábamos por las puertas de la comisaría de la estación sentíamos como los policías se les notaba mas nerviosos.

Al fin sobre las ocho de la noche llego mi familia. Vivíamos en un pueblo de las afueras de Madrid y  corrían rumores de que estaban cortadas las carreteras, así que sin dudarlo nos fuimos en casa de un compañero en Madrid a continuar escuchando las emisoras de radio y ver la Tele. Santi: te acuerdas?.

Serian algo más de las diez de la noche cuando sonó el teléfono de la casa de mi amigo.
 -Ha llamado Manolo y dice que el El Partido ha decidido que  hay que ir a concentrarse a las puertas del Congreso de los Diputados.
 -¿Pero porque y para que?
-No se, pero si lo dice El Partido será por algo.
 -Eso sí, ahí tienes razón. Pues vámonos.

Mi amigo vivía en un tercero sin ascensor. Dejamos a los niños con mi compañera en la casa, nos pusimos los abrigos y comenzamos a bajar las escaleras. Ya estábamos casi en la puerta de la calle cuando mi mujer nos grita:
 -Que ha llamado el otro Manolo por teléfono y  que hay contraorden: que El Partido ahora dice que no hace falta ir al Congreso.
-Y porque?
-Pues porque va a ser, dice mi compañero: Porque lo dice El Partido, te parece poco.
 -Vale si el Partido lo dice, no hay más que discutir.
 Y en el piso del Paseo de Extremadura nos quedamos hasta que hablo el Rey.

Después de la comparecencia del Rey Juan Carlos en TVE  consideramos que el golpe estaba controlado y decidimos irnos a dormir a nuestro domicilio, como decía antes, a un pueblo a las afueras de  Madrid. Así que cogimos el automóvil y llegamos a casa sobre las dos y pico de la madrugada.

Pero para nosotros las sorpresas a lo largo día -ya noche- no habían acabado. No llevamos ni cinco minutos en la casa y sonó repetidamente el timbre del telefonillo del portal. Contestamos con más nervios de lo habitual. Era una vecina de urbanización que al ver luz en el piso quería hablar con nosotros con urgencia, especialmente conmigo.

La hicimos pasar para ver que ocurría con sus urgencias. No recuerdo su nombre -hace 30 años- y la memoria en algunos casos es débil, pero si me acuerdo perfectamente lo que sucedió:

 Con unas llaves en las manos, con gran ansiedad y muy nerviosa, me insistía una y otra vez:     
       
-Coge estas llaves y vete a un piso vacío que tengo en Cuatro Caminos en Madrid. Yo viví los años posteriores a la guerra en el bando de los vencidos y se lo que pasa en estos casos. (Recordar aquí que su marido fue uno de los muchos represaliados por el franquismo en el ferrocarril).

No acepte su propuesta y me quede con mi mujer y mis hijos en la casa,  pero le agradecí de corazón  su solidario gesto.

Aun hoy al escribir esto y recordar esa anécdota  se me humedecen los ojos, pensando en aquella señora: La recuerdo enlutada, pequeña, con las llaves en la mano y unos ojos y una mirada que lo decían todo. Hace muchos años que no se nada de ella pero me temo que por la edad que tenia por entonces ya no estará entre nosotros. 

Ahora en la distancia quiero decirle: GRACIAS SEÑORA por su compromiso y su solidaridad.



Al día siguiente, mejor dicho ese mismo día  24 febrero, sobre las diez de la mañana, un grupo de  representantes sindicales de RENFE le presentamos a la Dirección una comunicación  condenando el golpe y convocando un paro laboral en el ferrocarril  y tres días después –el 27 de febrero- se realizaba en Madrid una de las mas grandes manifestaciones que recuerdo: “por la libertad, la democracia y la constitución” convocada por las organizaciones sociales, políticas y sindicales. Pero eso ya es otra historia.

RONTEKY



P.D.-.Despues de escribir esta  entrada, una brujita buena me ha informado que la vecina en cuestión  se llamaba señora Anastasia. Así que dicho queda..

PEPE ALONSO: UNA FLOR EN EL PEDREGAL

 

El domingo 6 de febrero de 2011, nos dejaba a sus 91 años, José Alonso Pérez, senador que fue en la legislatura constituyente de 1977, ademas de ferroviario, sindicalista de CC OO y luchador por las libertades.

Otras muchas personas, seguro que podrán rememorar con más motivo que yo los recuerdos de su trato con Pepe Alonso, sus peripecias en la clandestinidad o sus detenciones y expedientes. Pero a mí me mueve a hacerlo el hecho de que su andadura sindical estuvo también ligada a CCOO en el ferrocarril.

Lo más conocido de él, ademas de que muchos le llamaban “El obrero de Tierno”, fue que en las primeras elecciones políticas, en 1977, se consensuó en Madrid una candidatura unitaria para contraponer a la derecha, la candidatura de Senadores por la Democracia. La integraban el propio Pepe Alonso, por el PSP -el partido de Tierno Galván- , Joaquín Satrústegui, -de la Alianza Liberal-, Manuel Villar -por la Izquierda Democrática de Joaquín Ruiz Jiménez- y Mariano Aguilar, en representación del PSOE.

Recuerdo que esa fue la candidatura que más votos saco en Madrid y por encima de la candidatura el voto a Pepe, que fue el más votado no solo entonces, sino incluso en legislaturas siguientes. Siendo considerado durante muchos años el senador más votado de la democracia.

También fue concejal de Alcorcón (Madrid) tras las primeras elecciones municipales democráticas en 1979, como independiente en la lista del PCE. Pepe Alonso participo activamente de la tarea que supuso comenzar a transformar una ciudad dormitorio, llena de carencias y de necesidades. Por aquel entonces yo también vivía en Alcorcón. Recuerdo que su dedicación hizo que se pusiera en marcha la Escuela de Música de Alcorcón, hoy Conservatorio de Música.

Esta es su historia “oficial”, yo conocía a Pepe, aun en la dictadura franquista, en 1976, en una asamblea clandestina en la calle Silva de Madrid, aun estaba represaliado de RENFE, con esa gran voz que tenia por entonces (Hoy lo recordaba, sobre todo cuando hablando con su viuda Dioni, me contaba que en los últimos tiempos había perdido la voz), explicando los motivos de su despido de la empresa. Una de los principales objetivos que nos planteamos los que empezábamos por entonces en el sindicalismo, era luchar por conseguir la amnistía laboral a los represaliados por el franquismo y gracias a esa lucha, tanto Pepe como otros compañeros y compañeras volvieron a la compañía ferroviaria.

Después, en 1978, tuve el honor, -pues para mi fue un autentico honor-, de realizar con él a lo largo y ancho de nuestro país, una amplia campaña de las primeras elecciones sindicales democráticas en RENFE, después de cuarenta años y aparte de su enorme corazón y humanidad, lo puedo decir alto y claro: en un par de semanas de convivencia, las 24 horas del día y de la noche, fue de las personas que más y más claro me enseño cosas para andar por esto que llaman vida. Tendría muchas anécdotas que contar de él, pero solo voy a contar dos: Una noche ya en la habitación de la pensión que en ese día pernotábamos, creo que estábamos en Zaragoza, le pregunte:

¿Pepe, cómo es posible que con lo que había hecho el régimen franquista con los trabajadores hubiese en España tanto facha? El sencillamente me contesto. “Vamos a ver compañero: Si tú tienes un campo de rosas y vienen unos bárbaros y te las pisotean, te las arrancan y las pocas que quedan las siegan y encima ni se riegan durante cuarenta años, ese campo se vuelve un pedregal, es lógico que solo crezcan malas yerbas y cardos borriqueros y por supuesto muy pocas flores, pues por no tener no tienen ni agua de riego. Y eso paso durante cuarenta años en nuestra querida España, así que demasiadas flores hay para las dificultades de cultivo que han tenido”. No pregunte más, me quedo clarísimo el tema.

En otra ocasión le dije: Joe, Pepe, yo estoy nervioso, tengo que escribir el tema en un papel, medio aprendérmelo de memoria, mirarlo de reojo y decirlo en alta voz. Cuando llega mi voz a los currantes no sé ni cómo llega. Tú lo dices perfectamente todo y te aplauden a rabiar. Como lo haces. El me contesto, de nuevo con gran sencillez:

Mira Paco, es mucho más fácil que todo eso. Lo fundamental es conocer el tema, creértelo y decirlo con el corazón. En eso básicamente consiste la comunicación verbal”. Y después de un silencio de unos pocos segundos y con una amplia sonrisa dijo: “Aunque dentro de cinco minutos se te haya olvidado todo...”. Tampoco necesite más explicaciones.

A lo largo de muchos años de sindicalismo he pensado y comentado en voz alta esas enseñanzas y qué cada vez que profundizo más en ellas, termino diciendo: qué razón tenía mi amigo Pepe Alonso.

Hacía varios años que no sabía nada de Pepe y mi última conversación con él fue hace poco más de un año, que me llamo para decirme lo siguiente: “Hola Paco, soy Pepe Alonso he cogido una lista de teléfonos de amigos que tenia por aquí y tu estas entre ellos, solo te llamo para despedirme y que no sea mi familia la que lo haga”. Yo le contesto: es que te vas de viaje. Y él me dice: “Si, a un viaje sin retorno, es que el médico me ha dicho que me quedan poco tiempo de vida y quiero despedirme de mis amigos antes de irme y tu eres uno de ellos”.

La verdad que aquella llamada me dejo un poco tocado, pero la achaque a cuestiones de edad. En fin se nos fue una de las mejores personas que he conocido y este último año van varias: Labordeta, Marcelino Camacho… se nos ha ido un hombre digno, una buena persona y un luchador ejemplar.

Quizás menos conocido que otros, pero lo digo con total sinceridad: hoy es un día triste no solo para mí y otros muchos que hemos conocido a Pepe Alonso, sino también para la clase trabajadora, pues él era de las pocas rosas que florecieron y crecieron en ese pedregal que fue durante muchos años nuestro país.

Estés donde estés descansa en paz amigo Pepe y gracias por todo lo que nos has enseñado. Aquí te recordaremos siempre.


FRANCISCO NARANJO LLANOS